Foto: Twitter / @CONADE Arnulfo Castorena, quien nació con un subdesarrollo de sus piernas y ausencia del pulmón izquierdo, se llevó la presea de oro en los 50 metros pecho SB  

Arnulfo Castorena Vélez, originario de Guadalajara, Jalisco, inició su prolífica carrera a los 17 años de edad, cuando ingresó a un club de su ciudad natal.

Su vida ha sido marcada por la adversidad: su madre, Eva, falleció cuando dio a luz, y su padre no quiso hacerse cargo de él. Aunado a esto tuvo que lidiar con males congénitos de nacimiento, que no le pondrían la vida fácil.

Es así que quien se hizo cargo de él fue su abuela, quien lo acogió junto a sus hermanos.

Aún con eso no tuvo fácil la vida en casa. Sus hermanos lo agredían en violentos episodios provocados por las drogas. Lo mismo vivió con familiares cercanos al morir su abuela y quedar a cargo de una de sus tías.

Incluso llegó a pedir dinero de la calle y lavar coches para tener sustento; el extremo llegó cuando, según Arnulfo, pensó seriamente en el suicidio al no entender por qué su familia lo trataba tan mal.

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Aunque vivió una situación muy difícil en el hogar, la natación se mantuvo como algo muy especial en su vida; Arnulfo se escapaba cada que podía a una piscina de Guadalajara, hasta que un día tomó la decisión de dejar su hogar perseguir su pasión.

A pesar de su difícil infancia y adolescencia, su temple, decisión y ganas de sobresalir lo han impulsado a esforzarse al máximo en cada una de las competencias internacionales en las que ha participado.

Nacido el 27 de mayo de 1978, la especialidad de Arnulfo son las pruebas de nado de velocidad en categorías SB2, SM3 y S4.

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La principal inspiración para Arnulfo es la familia que formó con su esposa Concepción. Dicho impulso lo ha llevado a ganar premios y reconocimientos como la Medalla al Mérito Deportivo de Guadalajara y el Premio al Deporte de Jalisco en el año 2020.

Padre de 6 hijos, este impresionante triunfo en Tokio no es el único en su carrera: se llevó el oro en Sidney 2000, una plata y un bronce en Atenas 2004 y otra plata en Londres 2012.

Sin embargo, sus hermanos también lo inspiran a seguir dando lo mejor de sí, pues sucumbieron al mundo de la drogadicción o el alcohol, por lo cual quiere “seguir triunfando para ayudarlos en lo que pueda”.

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Dado que ha perdido familiares cercanos debido a las adicciones, afirma que “trata de ayudar a sus hermanos sobrevivientes para que se alejen de las drogas”.

“Si uno se deprime solo se crea la discapacidad, y eso sí que es muy grave. La mente es el poder, lo que te ayuda a fortalecerte, y si no lo logras, entonces sí es una gran discapacidad con la que cargarás”, asegura Arnulfo.

“Sólo soy un tipo normal, y si en otra vida estuviera en el mismo cuerpo en el que estoy ahora, no tengo dudas de que igual triunfaría”, declaró Arnulfo alguna vez, haciendo referencia a la deficiencia pulmonar congénita a la que se ha sobrepuesto.

Arnulfo, quien nació con un subdesarrollo de sus piernas y con ausencia del pulmón izquierdo, se llevó la presea de oro en los 50 metros pecho SB.

“Estoy muy contento, feliz por obtener esta medalla, pasaron varios años para estar nuevamente en el podio y gracias a Dios se logró”, dijo Castorena Vélez a la Conade respecto al oro que le trajo Tokio 2020.

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AV