¿Cómo vas a poderte expresar “a través de las canciones”, cuando ni siquiera hablas el idioma? Esa fue la primera reacción de parte de algunos invitados que no conocían el background de la famosa cantante europea conocida en la mayor parte del orbe. Cuando les comunicó su idea de grabar un CD completo en español, con temas de origen ibero-mexicano, argentino, cubano y brasileño, esa fue la actitud de una mayoría. Alexandra subrayó que “qué me importa”, en una actitud espontánea. Gravas me comentó –antes del concierto en el Club de Industriales que dirige brillantemente José Carral Escalante; y en otras reuniones”– lo siguiente: “Mi amor por esas melodías era tan poderoso, que no iba a permitir que algo me detuviera. ¡¡¡Sabía que iba a hacerlo y lo hice!!!”. La invitada de honor fue la embajadora de Grecia en México, Argyro Papoulia, que recibió el Premio de la Excelencia Universal de parte de ECP, teniendo como testigos a todo su equipo de colaboradores.

En tiempos del Covid-19, en la Ciudad de México, con el legendario dueto Los Macorinos, Miguel Peña y Juan Carlos Allende (guitarristas de la inolvidable Chabela Vargas, qepd) se sorprendió al escuchar las canciones de la gran Chabela (oriunda de Costa Rica, pero “mexicana hasta las cachas” y, luego un tiempo de amar también a España donde triunfó). La manera en que Chabela interpretaba las letras de las canciones le sorprendió tanto que subrayó que “para mí fue una clase maestra”. El idioma universal de la música simplemente nos toma y nos guía a través de las letras, para que nos identifiquemos con la historia que relata la melodía y hacerla nuestra. Esto lo subraya la Gravas que cautivó a decenas de invitados del Grupo Heberto Guzmán en el mencionado espacio, y la noche fue tan especial que todo mundo corrió a felicitar a la famosa artista del bel canto, Alexandra Gravas (elegante, hermoso vestido diseñado en negro, etc.–), Pepe Carral y al propio Heberto Guzmán cuando cantó algunas canciones de su último CD intitulado EL AMOR ES VIDA. Entre las melodías que escuché La Llorona (un son oaxaqueño lleno de amor y dolor que nació para ser parte de la cultura tradicional de México), Amor Eterno (Juan Gabriel, La Noche de mi Amor (Dolores Durán), Cucurrucucu Paloma (de Tomás Méndez). Su voz embelesa.

Hubo agradecimientos para las personas que la apoyaron en un principio: Heberto Gabriel Guzmán Gómez, Los Macorinos, Arcadio Hernández Duarte, Germán Palomares, Octavio Echávarri, ECP, José Luis y Roberto Guzmán; María Cortina, Miguel Peña junior, Alan Suárez, Hugo García Tapia, Katia Guzmán, Mariana Braun, Priscila Reyes, Kiam Ó Bradaigh, Thanasis Gikas, Andrea Guzmán, Verónica Paña, familia Cervantes, Hacienda San Cristóbal Calpulalpan, y tantos más. Hubo otro grupo destacado que también la saludó/felicitó: Jorge Mestre, Carlos Septién, Mónica Rivera Torres, Manuel Gárate, Humberto Hernández, Diego Matthai y Rodrigo Rivero Lake con sus respectivas novias, Sergio García, Jorge Martínez, Manrique y Sergio Larios (uno de ellos, con Erika Morán); Sandy Sandoval y Paty Guzmán de Sandoval; entre muchos más.

La Gravas (nacida en Alemania de padres griegos, formada en musicología, filosofía y literatura alemana en la Universidad de Fráncfort), regresó a México donde ya ha actuado antes en Bellas Artes y los mejores escenarios del país. En unas de sus canciones (que no cantó esa noche) se inspiró en un poema de Bertol Brecht. Le gustan otros cantantes como Edith Piaf, Kurt Weill, Takis Morakis, Theodorakis, y otros. No sé, si se lo informaron, pero al concierto llegó —sin invitación y no vestido para la ocasión– el hijo del actor mexicano–estadounidense Anthony Quinn (qepd), que tanto brillo le diera a la cinta Zorba el Griego. Lo recaudado esa noche (porque se vendieron discos y otras cosas) será para grupos de escasos recursos económicos.

Sentido pésame para la familia Quiroz-Ennis Montero

Dos días antes del concierto, estuve de entrada por salida en San Miguel Allende (en una oración, Dios me dijo que tenía el deber de ir, y lo hice con el corazón) para ser posiblemente la última persona de la familia que habló con el doctor Salvador Quiroz (Un nefrólogo de fama internacional de la Clínica Mayo de EU), que tenía cáncer en la tráquea y no podía pasar la comida del esófago al estómago. Estaba gravísimo y aún así me recibió con su esposa Yolanda y los tres hijos –Salvador, Diana y Rossana Quiroz– que tuvo con su primera esposa mi prima Diana Ennis Montero. Uno de ellos me tomó una foto con mi primo, doctor de altos vuelos, y amigo más que un hermano.

Al día siguiente, después de pernoctar en el Rosewood de Alfredo Rentería (una de los mejores hoteles del orbe), en la carretera ya de regreso, Hortensia Montero viuda de Troice me habló para decirme que Salvador había expirado a las 11 am. Me impactó y no podía hablar (aunque sé como cristiano, que es mejor estar en un velorio que en una fiesta; la gente que se va con Dios está mejor que nosotros en este incierto, violento mundo que vivimos). Descanse en paz. Y hasta el próximo jueves, ¡abur!

                                                                                                                                                @castillopesadoe