"'Vinieron aquí necesitando un médico, y maldita sea Taylor, eres un médico' es un mantra que me he repetido cuando siento que mi núcleo empático se desvanece"
Foto: Twitter/@tnicholsmd "'Vinieron aquí necesitando un médico, y maldita sea Taylor, eres un médico' es un mantra que me he repetido cuando siento que mi núcleo empático se desvanece"  

A través de redes sociales se hizo viral el caso del médico judío Taylor Nichols, quien trabaja en el servicio de urgencias de un hospital de Sacramento, California, EU, quien afrontó uno de sus momentos más duros como médico al atender a un paciente con un cuadro grave de Coronavirus que tenía tatuajes neonazis por todo el cuerpo.

“Entró desde la ambulancia sin aliento. Claramente estaba teniendo muchas dificultades para respirar. Parecía muy enfermo. Incómodo. Asustado”, fue como Taylor inició la historia.

“Cuando lo llevamos a la camilla y le quitamos la camisa para ponerle una bata de hospital, todos pudimos ver la cantidad de tatuajes nazis que tenía en su piel”, agregó.

“No me deje morir, doctor”, le suplicó el paciente quien presentaba serios problemas respirar en una camilla.

Pero Nichols le aseguró que “todos íbamos a trabajar duro para cuidarlo y mantenerlo con vida lo mejor que pudiéramos”.

De acuerdo con el médico, el equipo que lo iba atender estaba conformado además por una “enfermera negra” y un “terapeuta respiratorio asiático”.

“Todos vimos. Los símbolos de odio en su cuerpo anunciaban con orgullo sus puntos de vista. Todos sabíamos lo que pensaba de nosotros. Cómo valoraba nuestras vidas”, relató.

“Sin embargo, aquí estábamos, trabajando a la perfección como equipo para asegurarnos de darle la mejor oportunidad de sobrevivir que pudiéramos. Todo ello con máscaras, batas, protectores faciales, guantes. El momento capturó perfectamente lo que estamos pasando como trabajadores de la salud a medida que esta pandemia se acelera”, agregó.

Detalló que cuando el hombre ya estaba en soporte respiratorio alto le preguntó si querría ser intubado a lo que respondió “que si un tubo de respiración era la única forma en que podía sobrevivir, quería que hiciéramos todo lo posible”.

Para Nichols no es la primera vez que enfrenta una situación de racismo vivió esto innumerables veces desde la escuela de medicina.

“Las esvásticas. Los pacientes racistas. Cada vez me siento un poco conmocionado, pero entré en este trabajo con ganas de salvar vidas…”.

“… y cada vez he sido capaz de moverme sin problemas y rápidamente a través de esas emociones para hacerlo. ‘Vinieron aquí necesitando un médico, y maldita sea Taylor, eres un médico’ es un mantra que me he repetido cuando siento que mi núcleo empático se desvanece”.

Nichols reconoce que también se le pasó por la cabeza qué pensaría este paciente si supiera que el médico que le está atendiendo es un judío, o si el paciente hubiera hecho lo mismo que hizo él si hubiera sido al revés.

“Por primera vez, reconozco que dudé. La pandemia me ha desgastado y mi mantra no está teniendo el mismo impacto en este momento… Y me doy cuenta de que tal vez no estoy bien”, finalizó.

AR