Cientos de manifestantes irrumpieron hoy en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de Hong Kong causando destrozos en las instalaciones y caos entre los pasajeros, luego de que provocar la suspensión del servicio de trenes hacia la base aérea.

 

A pesar de los intentos de las fuerzas de seguridad de frenar su avance al aeropuerto, un grupo de manifestantes enmascarados logró ingresar esta tarde a la planta baja de la Terminal 1, destrozando una puerta de vidrio, que fue cerrada por las autoridades del aeropuerto para bloquearlos.

 

Otros manifestantes, vestidos de negro y ocultándose de las cámaras del circuito cerrado de televisión del aeropuerto bajo paraguas, construyeron barricadas en la estación de autobuses del aeropuerto, con postes de hierro, palos y otros objetos.

 

En un intento de detener su ingreso, personal del aeropuerto estableció barreras en ciertas entradas de la terminal aérea y llamó a la Policía antidisturbios, luego de que manifestantes violentos enfrentaron a uniformados en estaciones del servicio de trenes Airport Express.

 

Sin embargo, todo fue en vano, ya que cientos de jóvenes inconformes con el gobierno ingresaron por varias entradas del aeropuerto, provocando duros enfrentamientos con policías en varias areas, según un reporte del sitio Hong Kong Free Press.

 

Los manifestantes lanzaron extintores y carros de equipaje contra guardias de seguridad del aeropuerto y policías antimotines, además de rompieron cámaras de vigilancia, con palos y varillas metálicas que llevaban consigo, mientras que los uniformados los contuvieron con gases lacrimógenos.

 

La Autoridad del Aeropuerto (AA) informó que a consecuencia del caos, el acceso a la terminal aérea fue suspendido de manera parcial por al menos una hora y que algunos vuelos de las aerolíneas Cathay Pacific y Cathay Dragon entre Hong Kong y China fueron cancelados.

 

El centro financiero chino se ha visto afectado desde hace más de tres meses por manifestaciones masivas, en contra de un proyecto de ley de extradición propuesto a China, aunque ahora se han convertido en un movimiento en favor de democracia.

 

Desde junio, las protestas pacíficas se han transformado en manifestaciones, a veces violentas, como las registradas la víspera en varios puntos del territorio autónomo chino, en las que manifestantes radicales provocaron incendios en diferentes lugares y destrozaron las instalaciones del metro.

 

El gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) condenado severamente, lo que calificó como “actos ilegales y violentos” de manifestantes radicales, en un comunicado emitido la noche del sábado en el que llamó a poner fin a las protestas.

 

“Los comportamientos de los manifestantes radicales violaron gravemente la paz pública y representaron una seria amenaza para la seguridad de los oficiales de policía en servicio y los miembros del público en el lugar”, destacó la declaración.

 

Subrayando que la policía dará un seguimiento estricto de todos los actos ilegales y violentos, el gobierno hongkonés hizo un llamado a evitar la violencia, y establecer el orden para regresar la calma y estabilidad al territorio.

 

La situación de las últimas semanas ha sumergido a Hong Kong en una crisis política sin precedentes desde que el territorio fue regresado a China por Reino Unido en 1997, tras la firma de un acuerdo, en el que China accedió a mantener ciertas libertades de los hongkoneses.

 


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