, John Swinney

Este miércoles, John Swinney asumió el cargo de séptimo primer ministro de
Escocia en una ceremonia solemne en el Tribunal Supremo de Edimburgo. El
momento, presenciado por su familia y el juez de mayor rango de Escocia, Lord
Carloway, concluye la rápida transición en la cima de la política escocesa tras el
anuncio de la dimisión de Humza Yousaf la semana pasada.

Swinney, un político experimentado con una larga trayectoria dentro del Partido Nacional Escocés (SNP), y que fungió como viceprimer ministro bajo
Nicola Sturgeon (2014-2023), ahora enfrenta la tarea de liderar Escocia en
medio de diversos desafíos.

Medios y analistas británicos esperan que su experiencia estabilice a este partido independentista, y el propio Swinney ha enfatizado el compromiso de centrarse en la economía, los servicios públicos y la erradicación de la pobreza infantil (24% de los infantes vivía en pobreza entre
2020 y 2023, según el gobierno escocés).

Asimismo, en un intento por unificar al partido y consolidar su liderazgo, Swinney nombró a Kate Forbes, exsecretaria de Finanzas de Escocia y una de sus principales rivales políticas en la sucesión, como viceprimera ministra.

Forbes, quien sufrió una estrecha derrota en la contienda por el liderazgo escocés en 2023 contra Yousaf, aceptó el puesto con la promesa de abordar los principales problemas económicos y sociales que enfrenta Escocia.

El nuevo gabinete, que es muy similar al de Yousaf, manda un mensaje de relativa continuidad al establishment escocés. Esto, y el nombramiento de Forbes, parecieran transmitir un compromiso de Swinney con la unidad partidista y una gobernanza experimentada.

Por otro lado, Swinney asume el mando en un momento en que el SNP enfrenta desafíos internos y una necesidad apremiante de cohesión. La salida de su predecesor se produjo tras la disolución de un acuerdo de poder compartido con los Verdes, lo que sentó las bases para que Swinney se presentara con la promesa de una política colaborativa e inclusiva.

Mientras el SNP avanza hacia las próximas elecciones (que deberán ocurrir a más tardar en mayo de 2026) con Swinney a la cabeza, su administración enfrenta la tarea crítica de convencer a un electorado dividido mientras se esfuerza por cumplir el objetivo histórico del partido de lograr la independencia de Escocia