Una canción o single convirtió en tendencia el segundo apellido del candidato presidencial de MC, Jorge Álvarez Máynez.

 

No ha sido por sus propuestas, ni por su carisma, sino porque el autor del tema encontró los acordes repetitivos que, como pasó en la canción “Despacito’’, provocan una reacción automática en el inconsciente de quien la escucha.

 

El candidato naranja es recordado no por una impresionante carrera política, sino por la forma en la que fue destapado por Samuel García como su sustituto en la candidatura presidencial y, semanas más tarde, por haber sido grabado ebrio en un palco de un estadio de futbol en Monterrey.

 

Máynez no sólo ha reafirmado su tercer lugar en lo que va de la campaña, pese a la canción, sino también el papel de esquirol que juega en beneficio de Morena.

 

El partido presidencial no existe en las críticas de Máynez, pese a que el líder y dueño del MC, Dante Delgado, le dedicaba furiosas críticas a López Obrador desde el Senado, cuando se dejaba ver.

 

El próximo domingo, Máynez puede cambiar no el rumbo de la campaña sino la percepción que la población mexicana tiene de él.

 

Será difícil que abandone el papel de socio morenista que, por sí solo o por instrucciones superiores, adoptó en el primer debate, pero podría mejorar si deja de hacer el ridículo como pasó con su interpretación del lenguaje de señas mexicano.

 

Máynez valdrá, en términos porcentuales de votación, entre 5 y 6%, pero una actuación desastrosa podría poner en riesgo incluso el registro nacional del MC.

 

Si la convicción de Dante Delgado es votar en contra de Morena, al menos eso decía antes de las campañas, el blanco de las críticas del candidato naranja tendría que ser la candidata oficial, Claudia Sheinbaum y no Xóchitl Gálvez.

 

Pero Máynez obedece más a los dictados de Samuel García, alfil declarado de Morena, que a los de Delgado, por lo que se espera que represente más los intereses de su compadre, quien lo destapó, que los del partido.

 

Claramente, el MC no representa un peligro para Morena, pero podría restarle cinco valiosos puntos de votación a la oposición.

 

Tan no representa un peligro, que en toda la campaña Sheinbaum no le ha dedicado ni una crítica al MC o a su candidato, al que considera muy menor.

 

Máynez puede, este domingo, pasar de ser marioneta, al político serio que algún día quiso ser.

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Al cierre de este espacio, la candidata de Morena a la gubernatura de Morelos, Margarita González Saravia, no había desmentido la autenticidad de la grabación de una conversación que sostuvo con uno de sus operadores políticos, Héctor García, a quien apodan “el gato’’.

 

En esa conversación, González Saravia le pide al “gato’’ presionar a la población amenazándola de que si no votan por ella les quitarán los programas sociales.

 

Tal amenaza es escandalosa, pero no es una sorpresa para nada pues así se ha manejado hasta la campaña presidencial guinda.

 

Lo que sí sorprende es que la candidata haya reconocido que “van perdiendo’’, suponemos que apoyos, pues las encuestas (en las que ya no confía la mayoría de población, con algunas honrosas excepciones) la colocan con ventaja sobre la candidata de oposición Lucy Meza.

 

El problema para González Saravia no es solo la grabación, que muestra una actuación estandarizada de los candidatos morenistas, sino que tiene que defender a un gobierno corrupto e inepto como el de Cuauhtémoc Blanco, que dejará al estado en manos de la delincuencia organizada.

 

      @adriantrejo