Aunque el dato se dio en el contexto de la revisión de las actividades del Ejército en labores de apoyo a la seguridad pública, el general secretario Luis Cresencio Sandoval reveló que la capacidad de fuego de algunos grupos del crimen organizado es superior al de las policías e inclusive ha comenzado a dañar vehículos castrenses.

Ahí, en ese dato, se muestran las razones por las cuales se debe cambiar la mentalidad de seguridad pública por la de seguridad interior: las bandas delictivas están teniendo armas y capacidad operativa que desde luego rebasan a las policías locales y sólo encuentran diques de contención en la Guardia Nacional y en el Ejército.

Una de las principales y más nefastas consecuencias de la corrupción propiciada por los delincuentes ha estado en la captura y corrupción de estructuras policiacas federales y locales a partir del derroche de dinero. Hace algunos años, inclusive, delincuentes detenidos infraganti portaban tarjetas con argumentaciones de derechos humanos y teléfonos de abogados que los liberaban de inmediato.

La intervención de las fuerzas armadas en apoyo a la actividad de seguridad pública no fue un capricho de Calderón, sino una lectura estratégica de prevención de lo que ya se veía venir: el fortalecimiento armado y económico del crimen organizado en niveles superiores a la seguridad pública. Ahí, en ese momento, la seguridad pública pasó a convertirse en seguridad interior para la defensa del Estado, del régimen democrático y de la sociedad.

El dato sobre la capacidad de fuego del crimen organizado que dio a conocer el viernes el general secretario es una de las principales variables de los tiempos que se vienen en una disputa ya territorial entre las bandas delictivas que ya no se dedican a los asaltos, sino que están capturando estructuras de toma de decisión del Estado y ocupando espacios territoriales de la soberanía nacional.

 

Zona Zero

  • Luego de tener presos a las dos principales figuras del Cártel de Sinaloa que introducen de contrabando cocaína y fentanilo a Estados Unidos, las autoridades americanas de seguridad le han puesto el ojo a Ismael El Mayo Zambada, quien, de acuerdo con fuentes policiacas, se quedó al frente de la división de fentanilo del Cártel de Sinaloa. EU se ha concretado a detener a jefes de las bandas, pero el tráfico de esa droga criminal está determinado por la demanda de los consumidores estadounidenses.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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