Purépecha. Las zonas bajas también son usadas para pastar.
Foto: Cuartoscuro | Purépecha. Las zonas bajas también son usadas para pastar.  

En Pátzcuaro ha comenzado a repetirse el fenómeno del lago de Cuitzeo: algunos pobladores han aprovechado que comienza a secarse para construir viviendas. 

Ante ello, el presidente municipal, Julio Arreola Vázquez, dijo que tratan de combatir el problema dentro de su jurisdicción, pero pidió el apoyo de la Comisión Nacional del Agua para resguardar la zona.

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Además, mencionó que este fenómeno se replica en Erongarícuaro, donde quedan expuestos más espacios de tierra por la sequía y son ocupados.

Arreola Vázquez explicó que buscarán desde el Ayuntamiento que no se amplíe la construcción de la vivienda en el cuerpo del lago. 

Refirió el alcalde que “las áreas más afectadas son la rivera por la comunidad de Tzurumutaro, Jarácuaro, Tzentzénguaro y otras de la región purépecha, donde las personas aprovechan también que el nivel del agua bajó para pastar animales y apartar terrenos con vallas y cercas. 

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Este fenómeno es notoriamente visible en el lago de Cuitzeo cuando comenzó a perderse por la escasez de agua; incluso hay fotografías recientes donde se observan edificaciones cada vez más cercanas al centro del lago.

CUITZEO, CERCA DE LA EXTINCIÓN

Aunque la sequía es cíclica en el lago de Cuitzeo, la última temporada de lluvias fue escasa y generó mayor agotamiento en este humedal, no obstante se han realizado acciones como la limpia de los canales de navegación, aseguró Rosa Elia Milán, alcaldesa de Cuitzeo.

La edil señaló que desde que adquirieron la responsabilidad del municipio el pasado 1 de septiembre del 2021, se abrió un oficio y se hizo la invitación a los municipios que colindan con el lago, de los dos estados, tanto Michoacán y Guanajuato.

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Además, ha solicitado apoyo a las autoridades federales para rescatar los 306 kilómetros cuadrados de este cuerpo de agua.

Consideró que la escasez de lluvias y deforestación están secando el segundo lago más grande del país, así como el daño que sufre por la descarga de aguas residuales.

Aunado a ello, la invasión de terrenos secos ha detonado una explosión demográfica en la zona, con una sobrepoblación para la cual no está diseñada la zona.