Ismael Serrano cumplió su cita con su público mexicano a quien nuevamente llevó por un viaje de melancolía, amor y reflexión
Foto: Lillian Reyes | El público se entregó en aplausos al concierto del trovador  

Una vez más Ismael Serrano cumplió su cita con su público mexicano a quien nuevamente llevó por un viaje de melancolía, amor y reflexión.

Con un lleno total, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris fue el puerto de donde partió el viaje donde el trovador español recorrió sus 26 años de trayectoria artística.

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El público aplaudió con “Esta no es una canción de desamor”, parte de su nueva producción musical, para pasar a “Sin ti a mi lado”, uno de sus primeros éxitos contenido en su segundo disco “La Memoria de los Peces”.

Como en cada presentación interactuó con sus fans, a quienes preguntó sobre las melodías que deseaban escuchar durante la velada.

Además bromeó sobre la “maldición” que tenía con el recinto, debido a que en su presentación anterior el sonido falló, se aplazó la presentación en varias ocasiones e incluso se tuvo que solicitar a un doctor para atender a uno de los asistentes.

Los acordes continuaron con “Ven” y “Saber Ganar” y “Un muerto encierras” de su primer álbum Atrapados en azul.

De pronto, Clara emerge entre el público, española, igual que Ismael, cómplice del espectáculo a quien invitó al escenario a cantar “Un vestido y un amor” de Fito Páez, quizá uno de los riesgos que avizoraba el artista cuando dijo que sería un espectáculo interactivo.

Continuó el concierto con “Vine del Norte”, “Cállate y baila” e incluso sacó su propia versión de “Burbujas de Amor”, la inmortal canción de Juan Luis Guerra.

Pero el clímax llegó con “Vértigo”, “Ana”, “Los Amantes Invisibles”, “Me amo”, “La Llamada”, “Soltar” y “Estaré Ahí”, la canción más íntima de su reciente producción que está dedicada a su pequeño hijo.

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Y fiel a su incursión política, vino “Papá cuéntame otra vez”, en donde los últimos versos siguen tan vigentes como hace 26 años: “Ahora mueren en Bosnia, los que morían en Vietnam” por “Ahora mueren en Gaza…”

El barco estaba por volver a puerto, pero no podían faltar “La canción de nuestra vida”, que da nombre a la gira y “Ahora que te encuentro”, el momento más emotivo de la noche pues el teatro cantó a una sola voz.

El mágico viaje de Ismael concluyó con “Fábula de los Conejos”, aunque aún le queda una cita este 2 de diciembre en Puebla.

Y para cerrar, un homenaje a México con “En el último trago” de José Alfredo Jiménez y“Mi problema”, una canción que en su momento interpretó con Natalia Lafourcade.

Teatro lleno, feliz, una interacción como pocas con el público y la promesa firme de volver pronto a México.

EAM