Hoy amanecemos con la publicación por parte del Inegi de los datos de inflación de la primera quincena de este mes.

No debe haber mayores sobresaltos, incluso si vemos el comportamiento de los precios internacionales de los energéticos, podría haber alguna despresurización en ese subíndice que mide el costo de las gasolinas y el gas doméstico licuado de petróleo.

Serán los datos previos al Buen Fin 2023 y merecerá la pena desagregar el subíndice de mercancías no perecederas para detectar si algunos comerciantes decidieron darles un empujón a sus precios para después ofrecerlos con descuento a partir del día 17.

También hay que tomar en cuenta que la economía mexicana ya mostró algunos indicios de desaceleración desde octubre pasado. El Indicador Oportuno de la Actividad Económica de octubre que publica el Inegi anticipa que el arranque del cuarto trimestre del año mostraría una desaceleración con apenas un crecimiento del 0.1%.

Este frenazo en la economía, además de interrumpir año y medio de crecimiento, también puede implicar un enfriamiento en la demanda que reduzca el margen para los incrementos en los precios. Básicamente esa es una de las funciones de una política monetaria restrictiva.

En fin, los índices inflacionarios de esta mañana, tanto el Índice Nacional de Precios al Consumidor, como el Índice de la Inflación Subyacente, deberían reforzar ese cambio en la línea discursiva de la Junta de Gobierno del Banco de México de acortar la espera para un primer recorte a la tasa de interés interbancaria.

De hecho, el subgobernador del Banxico Jonathan Heath puso sobre la mesa una posible jugada, tipo ajedrez, que hoy no sabemos si es un planteamiento totalmente personal o si puede lograr consensos al interior de la Junta de Gobierno.

Dijo Heath que podrían los tomadores de decisiones de la política monetaria llevar a cabo un ajuste fino a la tasa referente, actualmente en 11.25%, y a partir de ahí ser cautelosos y espaciados en el regreso hacia la neutralidad del costo del dinero.

Solo que esa intención de aflojar un poco la tuerca monetaria debe ser por demás precavida porque allá afuera, ese gigante ineludible que es la Reserva Federal (Fed), no se ve tan optimista todavía con respecto a haber conseguido un triunfo sobre la inflación.

Hay que esperar mucho más para conocer los datos inflacionarios en Estados Unidos, el comportamiento de los precios de este mes que corre en aquel país serán públicos prácticamente hasta las posadas.

Y aunque es muy probable que también los índices de precios de Estados Unidos mantengan el proceso desinflacionario, es un hecho que en la Fed los halcones no van a dar ningún espacio para que un relajamiento monetario se interprete como una debilidad.

Es ahí donde debe tener cuidado el Banco de México, si ya optaron por elevar hasta la estratósfera el costo del dinero en México, lo mejor es terminar el trabajo con calma y no abrir la puerta a la especulación que revierta el éxito hasta hoy alcanzado.

 

    @campossuarez