Foto: Especial / Para Humberto Busto, el valor que le da el público a su trabajo es imprescindible, pues asegura que en ello está una opinión más real  

La actuación es una profesión artística que permite a sus ejecutantes entrar en contacto con diferentes personalidades, sin embargo, asegura el actor Humberto Busto que casarse con un papel puede ser un arma de doble filo.

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“Cuando yo tomé el camino de la actuación lo hice con cierta consciencia e ideales, los cuales hasta la fecha considero que siguen vigentes y son los de tomar retos que me interesen por su complejidad y composición y no por lo monetario o la faramalla”, reveló el histrión en entrevista con 24 HORAS.

Inevitablemente la conversación remontó al actor a sus inicios, cuando dio vida a Jorge en la cinta del 2000, Amores Perros.

“Fue una experiencia muy peculiar, única e irrepetible porque todos los que trabajaron ahí, ahora ya son gente consagrada y pareciera casi hasta impensable volverlos a reunir y menos de una forma tan natural.

“Pero a 23 años de su estreno es innegable que marcó un antes y un después en la cinematografía mexicana, yo iba empezando como actor y no pensé jamás que tuviera ese impacto, de pronto la película fue muy reconocida pero empezaron a haber muchos proyectos que se nutrieron de él y que tenían personajes casi iguales, a mí me requirieron en varios de ellos y eran buenos personajes pero decidí no aceptar ninguno porque de alguna forma era volver a hacer a Jorge con otro nombre y nunca quise casarme con un estilo. Así que esas decisiones aunque tempranas fueron fundamentales”, contó.

De esta manera es que Humberto Busto encontró el camino para la versatilidad en la actuación.

“De pronto me gusta tomar papeles más serios en un drama, por ejemplo, cuando hice El Chapo, ese papel era así, no pensaba como en sonrisas o en que en algún momento se viera más humano en el sentido de una persona vulnerable de temple y de repente decidí hacer a Isaac El Indio en Diablero, lo cual sin duda fue cambiar completamente de aires y eso me reconforta, me hace sentir bien conmigo mismo saber que puedo hacer papeles tan distintos de un momento a otro”, destacó.

Pero para Humberto, el valor que le da el público a su trabajo es imprescindible, pues asegura que en ello está una opinión más real.

“Para mí es un halago escuchar cuando me dicen que de pronto no se habían dado cuenta que soy yo el que sale en una película y en otra porque es diferente. Reafirma que hago bien mi trabajo pero sobre todo, que lo ejecutó de la forma que espero”, agregó.

Recienteme participó en el programa TAP (Taller de Actores Profesionales) del Canal Once, el cual considera fue una experiencia interesante.

“Toca de manera muy sustancial puntos en la vida profesional de los actores, es el ejercicio de recordar, de repente nos olvidamos un poco de darnos el tiempo de voltear atrás y bueno, además permite incluso ver a través de los ojos de compañeros, ya vi algunos capítulos con personas con las que he trabajado y es curioso encontrarse en ellos.

“Además pienso que puede ser de gran valor para gente que está pensando iniciarse en la actuación o que son actores emergentes”, finalizó.

Integró la dirección en su quehacer creativo gracias a sus estudios de cine experimental y desde el 2019, se prepara para la culminación de su ópera prima de larga duración titulada No Coja Rabia.

LEG