Al adelantar unas semanas la convocatoria para elegir al rector de la UNAM, la Junta de Gobierno emparejó la auscultación de aspirantes con el proceso de elección de precandidato de Morena a la Presidencia, menguando por casualidad o de forma intencional, la capacidad de activismo de integrantes y simpatizantes de la 4T dentro de la casa de estudios.

Y es que desde el Gobierno de Vicente Fox, con Juan Ramón de la Fuente como rector, la Universidad Nacional Autónoma de México no había sido tan acosada desde el Poder Ejecutivo y Legislativo como lo ha sido con el Gobierno de López Obrador, a pesar de que hay en la autodenominada 4T personajes que como jóvenes del movimiento estudiantil lucharon por la autonomía de la institución, ya sea desde el Consejo Estudiantil Universitario u otras corrientes, incluido el CGH.

A diferencia de otros años el viejo CEU y sus aliados, no cuenta con la cantidad de activistas con los que contaron y, en consecuencia, con la capacidad de movilización que llegaron a tener. Hoy gran parte de esos activistas se encuentran en el Gobierno federal o capitalino.

Aún así, por medio de Rosaura Ruiz, ex secretaria de Ciencia del Gobierno de la CDMX, realizan actividades para influir en el proceso y hace llamados a democratizar a la UNAM y a transparentar el proceso, lo cual, nunca promovió ni impulsó como integrante de la Junta de Gobierno, o como funcionaria de la rectoría, pero esos eran otros tiempos.

Hoy los activistas estudiantiles históricos, a excepción de Carlos Ímaz –ex pareja de la ex jefa de Gobierno de la CDMX y principal líder estudiantil del CEU– quien fue enviado al ostracismo después de los videoescándalos con Carlos Ahumada, tienen la oportunidad de tener un rector o rectora; en uno de sus chats de amigos colocaron que una de las metas sería llegar a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, con Martí Batres; a la Presidencia, con Claudia Sheinbaum; y a la rectoría con Imanol Ordorika.

Pero más allá de Ordorika ex concuño de Sheinbaum, que nuevamente intentará llegar a la rectoría, en la contienda hay otros académicos que han empezado a perfilarse; William Lee, coordinador de la Investigación Científica, por ejemplo, es un académico con posibilidades vinculado a la cuarta, a través de Rosaura Ruiz.

Leonardo Lomelí Vargas, secretario General de la UNAM; Luis Agustín Álvarez Icaza, secretario Administrativo; representan en la comunidad universitaria la continuidad de la visión de Enrique Graue.

Al igual que en la disputa por la Presidencia, existe la posibilidad de que la UNAM tenga a su primer rectora, pues dos de las universitarias con más posibilidades son Guadalupe Valencia y Patricia Dávila; Valencia, coordinadora de Humanidades y con una visión muy empática a la comunidad para revisar temas que le preocupan, como la precarización de la docencia, o violencia de Género; y Patricia Dávila, secretaria de Desarrollo Institucional.

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Les arman el gabinete

En caso de que gane la Presidencia el candidato o candidata de la 4T, no deberá extrañar el ver en el gabinete a algunos de los funcionarios que aspiraban a una candidatura a un gobierno local, y que finalmente se quedaron a acompañar al Presidente a terminar el sexenio; en Palacio Nacional se hizo esa promesa y ya estarían dadas la Secretaría de Gobernación y la de Seguridad… Y en Chiapas, parece que la cuota de género pondrá en la contienda con muy buenas posibilidades a la legisladora Sasil de León Villard.

 

     @chimalhuacano