¿Quién traerá en la mira al director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, que le creó una campaña fake en redes para “anunciar’’ su cese?

Incluso quien o quienes armaron la campaña se dieron el lujo de hacer un video en el que el equipo del supuesto sucesor, Sergio Ayala Salvio, lee un oficio, presuntamente presentado por el Presidente, en el que confirma la salida de Romero.

El asunto comenzó a apestar desde el nombre del supuesto sucesor, Sergio Ayala Salvio, quien es nada menos que el líder del sindicato de trabajadores de Pemex.

¿Por qué el Presidente le confiaría al dirigente de una organización que por años calificó de mafiosa y acusó de esquilmar a Pemex la dirección de la empresa?

La campaña, sin embargo, tuvo algo de credibilidad, debido a que en los últimos meses la gestión de Romero Oropeza ha sido duramente cuestionada por sus resultados.

Las críticas no solo se circunscriben a los accidentes que han sufrido las plataformas de la empresa, sino a los malos resultados financieros que provocaron que las consultoras internacionales hayan degradado su calificación crediticia.

Los bonos de la empresa productiva del Estado están a nada de pasar a ser bonos basura.

Aún con ello, el Presidente no tiene pensado cambiar al director de Pemex, a menos, claro, que lo haga diputado o senador para darle fuero protector.

Pero no se va.

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Hay una diferencia enorme entre la actitud que tomaron Enrique de la Madrid y Miguel Ángel Mancera luego de ser eliminados de la carrera por la candidatura presidencial del Frente por México.

De la Madrid no pasó el filtro de la encuesta, establecida en las reglas de la contienda, mediante la cual el Frente descartaría a quienes habían pasado la prueba de las firmas para quedarse solo con los tres aspirantes más fuertes.

La encuesta colocó a De la Madrid en el cuarto lugar, por debajo de Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel.

Pero lejos de cuestionar el resultado, De la Madrid demostró su estatura política al aceptarlo y desear buena suerte a los tres que resultaron mejor posicionados que él.

Mancera, por su parte, recurrió al Tribunal Electoral para quejarse por haber sido excluido de esta segunda etapa cuando había cumplido con la recolección de 150,000 firmas de apoyo.

Mancera perderá, sin duda, como ayer le ocurrió a Jorge Luis Preciado, que también recurrió al Tribunal para quejarse de lo mismo.

El Tribunal lo bateó porque el proceso de selección no es de incumbencia y lo mandó a llevar su queja ¡al PAN!, cosa que no sucederá porque hace dos semanas renunció a su militancia partidista.

Lo mismo le sucederá a Mancera.

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El presidente López Obrador sigue madrugando para reunirse con su gabinete de seguridad, todos los días, según sus dichos, y pese a tantas horas de sueño invertidas las masacres siguen ocurriendo en el país.

La desaparición y probable muerte de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco (no se han encontrado sus cuerpos), el hallazgo de 13 o 14 cuerpos desmembrados y congelados en Veracruz, hablan de un fracaso de la estrategia de seguridad.

Por supuesto que los gobernadores de ambos estados tienen responsabilidad, así como los gobiernos municipales.

Pero la directriz de la estrategia es nacional y de nada ha servido la presencia de la Guardia Nacional o el incremento de Fuerzas Armadas en materia de seguridad pública.

A ver si no sale otra vez con su “ahí están sus masacres, je je’’.