Foto: Quadratin / La estructura del hospital es de riesgo, las filtraciones provocaron el desgajamiento de techos en varias áreas de atención  

Tres indígenas ñuu savi en una sala de usos múltiples con agua encharcada, techo deteriorado con goteras y sin luz eléctrica, afuera, mujeres, hombres y niños aguardan por atención médica en un patio bajo los rayos del sol, este es el panorama en el centro de salud de Metlatónoc, Guerrero, ubicado en la región montañosa y considerada como la segunda más pobre del país.

Este miércoles se cumplieron nueve días desde que 35 trabajadores, entre médicos, enfermeras, químicos, nutriólogos y parteras profesionales, brindan servicio en la intemperie, luego de prefirieron salir de las instalaciones por temor a que colapse el techo del inmueble, que desde 2019 comenzó a agravarse.

En este lugar, la promesa de tener un servicio de salud similar al de Dinamarca es un sueño.

Más de 20 mil pobladores indígenas ñuu savi siguen esperando a que el presidente Andrés Manuel López Obrador cumpla su palabra de construir un nuevo hospital, como les prometió en octubre de 2021.

La Secretaría de Salud se mudó a Guerrero, y López Obrador sostuvo que la entidad sería el ejemplo de la cuarta transformación en servicios de salud; sin embargo, en esta comunidad el sentir de la población es de enojo y decepción, porque su clínica, inaugurada en 2006, sólo operó con normalidad hasta 2019.

Ahora habitantes y médicos rechazan una quinta rehabilitación, la cual les planteó el área de Planeación de la Secretaría de Salud estatal con una inversión de 3.5 millones de pesos, ya que la petición es que se construya el nuevo hospital que les prometieron.

SIN CONDICIONES ÓPTIMAS

El centro de salud presenta fisuras en la azotea, provoca la filtración de agua y causa el desprendimiento de los techos en gran parte de sus áreas como consultorios, oficinas, farmacia, archivo clínico y la sala de atención de parto.

Al no existir ninguna área para operar en el inmueble, los médicos habilitaron las dos ambulancias, una de ellas inservible, para atender urgencias y mujeres embarazadas; los demás servicios de atención están suspendidos, por lo que no cuentan con ginecólogo, anestesiólogo, trabajo social y psicólogo, porque fueron retirados.

Los pobladores advierten que si en los próximos cinco días no reciben respuesta favorable a su petición de construir una nueva unidad médica, acudirán a bloquear carreteras y a protestar a Chilpancingo.

A unos metros del centro de salud deteriorado, fue edificado un Banco del Bienestar, pero los pobladores afirman que preferían la construcción de su hospital.

 

LEG