Marcelo Ebrard Casaubon puede ser todo, menos ingenuo; él sabe que la favorita es Claudia Sheinbaum para hacerse de la candidatura presidencial por Morena.

A menos que tenga un as bajo la manga -puede ser de color naranja-, Ebrard se está enfrentando al aparato de partido ordenado desde Palacio Nacional para proteger a la jefa de Gobierno.

Dos factores le juegan en contra al secretario de Relaciones Exteriores:

El primero, que pese a los kilos de sapos que ha tragado por aceptar los errores en la estrategia presidencial de relaciones con el mundo, conserva cierto grado de capacidad crítica.

La prueba está en su petición de realizar un debate -o dos- antes de que se levante la encuesta que ya saben todos quién la ganará, en noviembre próximo, y que las corcholatas renuncien antes a sus cargos para que no los aprovechen en su promoción personal.

Obviamente, esas condiciones no se van a cumplir, como ayer reveló el propio Ebrard.

La carta, recordó, fue enviada a Mario Delgado en diciembre y cuatro meses después ni siquiera le han respondido.

Y ya se conoce, de sobra, que al Presidente nadie le retoba.

El segundo factor, y quizá el más importante, es la obsesión de López Obrador de pasar a la historia como el Presidente que entregó el cargo, por primera vez, a una mujer.

Contra eso no hay quien pueda competir.

A menos, claro, que un ataque de lucidez el gran elector -o sea López Obrador-, reconozca que por más empuje que le han dado tooodos los gobernadores y los entes de Gobierno a Sheinbaum, sigue sin conectar con la gente.

Ebrard no es mal visto por las clases medias, pero tiene que haber un mensaje claro sobre las diferencias de programas que propondrá con los que tenemos.

Sería ingenuo también pensar que Ebrard va a romper en este momento con López Obrador; necesita aún los reflectores que le dan el cargo, pero no será por mucho tiempo.

El canciller debe definirse ya o se quedará, como en el 2012, nada más con las ganas.

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La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, renunció al cargo para dedicarse de tiempo completo a promover la candidatura presidencial de Ebrard.

Es la primera renuncia en la Cancillería, pero vendrán otras más, en los próximos días, y con el mismo objetivo.

Lo interesante será conocer los nombres de los sustitutos, porque por ahí puede haber muchos mensajes.

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Gravísima la denuncia de la comisionada del Inai, Julieta del Río, quien aseguró que las unidades de transparencia que tienen casi todas las dependencias públicas se niegan a entregar información al Instituto por instrucciones del secretario de Gobernación Adán Augusto López.

No sería raro, considerando que el secretario de Gobernación es el encargado de la estrategia para desaparecer al Inai con el pretexto de ahorrarle al Gobierno 1,000 millones de pesos.

¿Y de verdad no pasará nada?

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Socios y trabajadores de la Cooperativa La Cruz Azul conmemoraron el Día Internacional del Trabajo y al movimiento obrero que dio origen a esta sociedad, fundada en 1931.

En años recientes, los cooperativistas iniciaron un movimiento en contra de la familia Álvarez-Garcés, quienes durante más de tres décadas se ostentaron como dueños únicos de la cooperativa e intentaron vender la empresa en el año 2015.

Hace unos meses, los tribunales fallaron a favor de los cooperativistas encabezados por Víctor Manuel Velázquez y José Antonio Marín, actuales presidentes de los consejos de Administración y de Vigilancia, respectivamente.

LEG