delfina gómez
Foto: Cuartoscuro / archivo / Durante la gestión de Delfina Gómez Álvarez, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dejó que se perdieran 93% de expedientes que comprobaban el ejercicio de recursos del programa de la Escuela es Nuestra  

Durante la gestión de Delfina Gómez Álvarez, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dejó que se perdieran 93% de expedientes que comprobaban el ejercicio de recursos del programa de la Escuela es Nuestra en 2021, por parte de los Comités Escolares.

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De acuerdo con la fiscalización de cumplimiento 265, practicada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a dicho programa, de 68 mil 665 planteles educativos que recibieron presupuesto, solo se conservaron documentos de 4 mil 739, debido a que la plataforma donde los padres subían los archivos fue cambiada y en ese proceso se perdieron miles de documentos.

La Auditoría descubrió esa anomalía porque requirió a la SEP una muestra de expedientes para revisar el programa, pero la dependencia, dirigida por la aspirante a la gubernatura del Estado de México, solo entregó 32 archivos e informó que, en total, solo contaba con 6.9% de los documentos que comprobaban el ejercicio de recursos de 2021.

Educación Pública justificó que 93% de los documentos “ya no se pueden visualizar actualmente en la plataforma del programa, porque en 2022 la plataforma migró del sistema denominado Sider a uno nuevo denominado InfoLeen”.

La SEP aseveró que la plataforma Sider ni siquiera le pertenecía ni la gestionaba, pues se trata de un sistema de la Secretaría del Bienestar para el registro de beneficiarios de programas sociales, por lo que fue esa dependencia la que integró los expedientes electrónicos y les entregó a los comités de padres un usuario y contraseña para subir su información.

Sin embargo, en la transición a una plataforma propia de La Escuela es Nuestra se perdieron los archivos de 2021, por lo que Educación Pública señaló a la ASF que “desconoce el número y contenido de los expedientes de actividades que se encontraban registrados al momento de la migración, debido a que no había una periodicidad o un tiempo establecido para se subieran la información en la plataforma o para que comprobaran los recursos”.

El ente fiscalizador concluyó que la “dependencia no los resguardó para el seguimiento, control y evaluación de las acciones realizadas en los planteles beneficiados con los recursos federales”.

Además, “de una muestra de 383 planteles seleccionada en la auditoría, la SEP sólo contó con los expedientes de actividades de los Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP) de 32”, por lo cual se concluye que la dependencia no aseguró el control y resguardo de los archivos para la rendición de cuentas del programa.

Debido a la pérdida de archivos y a que solo entregó expedientes de 32 planteles escolares beneficiados por La Escuela es Nuestra, la auditoría señaló que “la SEP no acreditó las obras de mantenimiento, rehabilitación o construcción realizadas en los 68 mil 665 planteles beneficiados por el programa en 2021 para la mejora de la infraestructura de los espacios educativos”.

Otra de las consecuencias de la pérdida de miles de archivos, correspondientes a 2021, según la ASF, es que no hay registros para dar seguimiento, transparentar y rendir cuentas de los proveedores que fueron contratados por los comités escolares para la compra de materiales, realización de obras, así como la adquisición de mobiliario.

Resalta que, durante ese año, las escuelas que recibieron los recursos no tuvieron prácticamente actividades presenciales debido al confinamiento por la pandemia de Covid-19, por lo que los recursos se ejercieron en rehabilitación de infraestructura y compra de mobiliario, siendo que no se activaron los componentes de horario extendido y alimentación de alumnos.

El presupuesto de La Escuela es Nuestra para 2021 fue de 13 mil 590 millones de pesos, con lo que se apoyó a 68 mil 665 planteles educativos, con montos de 150 mil a 500 mil pesos cada uno, en promedio.

En otro punto, la Auditoría indica que “no se determinaron los plazos para que los Comités Escolares de Administración Participativa ejercieran los recursos y comprobaran los gastos ni se especificó la obligación de éstos de reintegrar los recursos federales en los casos en los que no se aplicaran en las acciones señaladas en los lineamientos de operación del programa”.

Otro de los hallazgos significativos es que 47 mil 953 escuelas beneficiadas en 2021 ya habían obtenido recursos de ese programa en 2019 y 2020, sin que la SEP implementara “mecanismos de control para verificar que dichos planteles cumplieron con las obligaciones establecidas para ser nuevamente apoyados”.

Sin elementos de verificación de 2019 y 2020, sumado a la pérdida de expedientes de 2021, según las conclusiones de la auditoría, serían tres años en los que la SEP no comprobó la rendición de cuentas del programa educativo.

Aunque la esencia de la Escuela es Nuestra es que los padres de familia reciban los recursos directos, sin intermediarios y decidan cómo usarlos, la ASF concluyó que esa política no escapó a presuntos actos de corrupción de los propios Comités Escolares de Administración Participativa.

En general, se identificaron “incumplimientos en la integración de los documentos que sustentan la incorporación de los planteles al programa y la ejecución de los recursos, sin que la dependencia implementara mecanismos para que los CEAP solventaran los incumplimientos; suspendiera o cancelara los apoyos, y promoviera las medidas administrativas o, en su caso, penales correspondientes”.

LEG