Si queremos realmente entender las razones por las que mejoran los pronósticos de la economía mexicana, tenemos que atender a la manera como aumentan las expectativas de crecimiento de la economía de los Estados Unidos.

Hay en este momento una relación directa entre las expectativas de que aquel país no caiga en recesión y la forma como los pronósticos de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de México se empiezan a alejar de un crecimiento menor a un dígito.

Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta los especialistas que consulta el Banco de México, los pronósticos afortunadamente empiezan a tener una mejor perspectiva para las economías estadounidense y mexicana.

Claro, todavía ninguno se atreve a llegar a esos niveles de optimismo desbordado de la Secretaría de Hacienda de estimar un crecimiento del 3% este año, que, por el bien de todos, ojalá se pudiera cumplir.

El FMI pasó de estimar un crecimiento para el PIB de México del 1.2% en octubre pasado a un 1.6% en su revisión de esta semana. A Estados Unidos lo elevó del 1% en el otoño pasado a 1.4% en su reciente análisis.

Los analistas que consulta el Banco de México estiman, en la encuesta más reciente publicada ayer, una expansión económica mexicana del 1% y no del 0.9% como lo veían en diciembre pasado. Y para Estados Unidos pasaron del 0.5% al 0.6% para todo 2023.

Lo que ven los analistas consultados en México, que quizá no midan en el FMI, es que identifican muy bien cuáles son los factores internos que resultan un lastre para crecer más allá de lo que nos pueda jalar la economía de los Estados Unidos.

A pesar de lo complicado que están las cosas en el planeta, los 38 grupos de analistas que consulta regularmente el Banco de México, solo dan el 12% de peso a los factores externos que pueden obstaculizar el crecimiento económico.

Y entre ellos están lo mismo la inestabilidad política internacional, que la debilidad de la economía del planeta y hasta las decisiones de política monetaria de los Estados Unidos.

La mayor parte del peso de los problemas que nos impiden crecer son internos. En su análisis mensual tienen un apartado que se llama gobernanza, que incluye los problemas de inseguridad pública, la falta de estado de derecho, la incertidumbre política interna, la impunidad y la corrupción. Esos problemas del país implican el 41% de los impedimentos para crecer y no hay manera de que el régimen pueda culpar a nadie más de sus acciones y omisiones en ello.

La gran mayoría de los expertos que consulta el Banxico piensan que durante los próximos seis meses va a empeorar el clima de negocios y también son mayoría los que creen que es mal momento para hacer inversiones en este país.

Tampoco es sorpresa que identifican a los sectores energético y eléctrico como los que generan más problemas a la competencia en México.

En fin, a pesar de todo lo que internamente tiene que cargar el país, las expectativas de crecimiento mejoran, gracias a los Estados Unidos. Así de fácil.

 

  @campossuarez