El IMSS cumplió 80 años y para sus directivos se tradujo en aplausos y porras, pero ciegos estaríamos si secundáramos que todo está bien.

Hay que decirlo, porque la realidad es más fuerte que los aplausos, el Seguro Social llega a sus ocho décadas achacoso, debilitado, con dolencias y en algunas entidades en estado de coma, pero paradójicamente también llega rebosante financieramente hablando.

El IMSS se fundó en 1943, por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho, su origen fue noble, el garantizar a los trabajadores del sector privado un servicio de salud óptimo, oportuno, con suficiente capacidad hospitalaria y por supuesto con abasto de medicamentos, este gran organismo sería financiado por las cuotas obrero-patronal y por el estado quien también lo administraría.

Si somos críticos a 80 años de distancia, esos más que objetivos parecen recuerdos; sin embargo, el IMSS sigue conservando muy firmes sus metas económicas a tal grado que hoy no presumen logros en servicios de salud, sino que se han vuelto expertos en finanzas sanas. Hoy aseguran que hay una reserva de 400 mil millones de pesos. Y entonces, ¿por qué no compran medicinas, por qué a diario quedan miles de recetas sin surtir, por qué no hay más camas, por qué no hay más quirófanos?

Aunque no parezca, el IMSS es un instituto de salud y no una caja de ahorro. Las cuotas obrero-patronales no fallan, son puntuales, de lo contrario las multas no se hacen esperar. El compromiso de las empresas y los trabajadores es firme, cedemos parte de nuestro salario para mantener a este sistema de salud que no deja de deberle al pueblo de México.

El IMSS cuenta con un Consejo Técnico conformado por patrones, sindicatos y Gobierno, este debería resolver de manera expedita los problemas que enfrenta el IMSS con relación a los trabajadores, sin embargo, tampoco cumple sus funciones, la mayoría de los sindicatos que lo integran no denuncian la falta de medicamentos, ni la escasez de servicios, más bien el Instituto se ha convertido en su caja chica, cobran miles de pesos por nada. Como sea, los trabajadores salen perdiendo.

A pesar de qué hay una disparidad entre finanzas sanas y un instituto que se despreocupa por ofrecer un servicio de calidad, la bolsa parece no llenarse, este 2023, los patrones tendrán que sacar más dinero de donde puedan, esperemos no del recorte de personal, para hacer frente al incremento que aprobó el IMSS respecto a la Cuota Patronal en el Seguro de Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, incremento que se dará año con año hasta el 2030, así pasará de 3.15% a 11.875% en consideración al salario base de cotización de los trabajadores.

El IMSS parece fortalecerse mientras que los trabajadores enferman y adelgazan sus ingresos tratando de solventar las citas de especialidad y las medicinas que se les niegan en el instituto. Sin tener por qué las familias mexicanas inscritas en el Seguro Social deben pagar una doble cuota en salud. Los consultorios que están en las farmacias, esos que nuestras autoridades han tachado de “un gran engaño”, se han convertido en los médicos de cabecera de los trabajadores ante cualquier emergencia o padecimiento.

En el Sindicato FRENTE no aplaudiremos en este aniversario, apoyaremos al IMSS de otra manera, seguiremos exigiendo a las autoridades locales y federales cada vez que no se atienda a un minero o a su familiar, nos inconformaremos ante cada receta que quede sin surtir, protestaremos por cada operación aplazada o cancelada, marcharemos como lo hemos hecho, cuantas veces sea necesario, porque para cambiar y mejorar el IMSS no necesita de porras o vitoreo, más bien requiere de la exigencia y señalamiento de todos los mexicanos que son defraudados por pagar por un servicio que nunca reciben.

 

    @CarlosPavonC