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Foto: Cuartoscuro / archivo / En la CDMX se realiza el programa Conduce sin Alcohol, el cual se refuerza en estas fechas debido al Maratón Guadalupe-Reyes  

Víctor, un joven trabajador, es un alcohólico que logró dejar de consumir bebidas etílicas, además de algunas sustancias ilícitas; pero fue un camino largo, y sus recuerdos del centro de rehabilitación son muy fuertes, e incluso no pudo concluir el tratamiento.

“Yo empecé a consumir alcohol y cristal por mi propia voluntad cuando tenía trece años. Me empecé a juntar con amistades y yo sabía cuál era mi final. Así empezó todo”, compartió en entrevista con 24 HORAS, en medio de la temporada conocida como Guadalupe-Reyes, en la que aumenta el consumo de alcohol debido a las fiestas y posadas.

Debido a esto, su mamá decidió ingresarlo en una clínica de rehabilitación: “Está peor que el anexo, pero pues yo nomás aguante tres meses, porque tenía que estar seis meses ahí. Cabe aclarar que yo entré por mi propia voluntad”.

En México, durante la temporada navideña es muy común evocar al llamado Maratón Guadalupe Reyes, la serie de festividades que comienza el 12 de diciembre y termina con el Día de Reyes, siendo el alcohol un producto que comúnmente está presente en estos festejos.

Por ello, en urbes como la Ciudad de México se refuerza el programa Conduce sin Alcohol, conocido como alcoholímetro, para inhibir que los ciudadanos conduzcan vehículos bajo influencia de algún licor.

Durante el periodo del 1 al 21 de diciembre de 2022, la Policía capitalina ha realizado 232 mil 605 pruebas AlcoStop (ambiente interior del vehículo) y ocho mil 667 pruebas de alcoholemia (aire espirado); a partir de estas pruebas, mil 110 conductores superaron el límite permitido y mil 96 vehículos fueron remitidos a un depósito vehicular.

De hecho, para quienes sean detenidos por superar el límite de alcohol y enviados al llamado Torito durante Nochebuena y Año Nuevo (24 y 31 de diciembre) se les servirá una cena especial.

El 24 será sopa de codito a la crema con duraznos y jamón; cochinita pibil; como guarnición cebolla morada, chile habanero y limón; de postre ensalada de manzana y ponche.

Para la cena del 31 el menú incluirá espagueti a la crema con duraznos y jamón; alambre de res con chile morrón, cebolla, tocino y queso; ensalada de manzana y ponche.

Consumo excesivo

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (2016), el consumo excesivo de alcohol anual entre la población mexicana de 12 a 65 años pasó de 28 a 33.6, de 2011 a 2016.

Y es que por factores como la normalización de su consumo y su carácter legal, el alcohol es la principal adicción entre la población mexicana y, de acuerdo con expertos consultados, 65% de quienes consumen licores lo hacen en exceso.

Óscar Prospéro, investigador del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, las bebidas embriagantes son las que registran más adictos en México.

Señaló que, de acuerdo a la encuesta, “mientras el 65% de las personas que consumen alcohol, lo consumen en demasía, hay aproximadamente un 7 u 8% que ya presenta una adicción”, afirmó tras participar en el Segundo Congreso para la Prevención de Adicciones, en León, Guanajuato.

“Cuando una persona cree que algo le va a hacer daño, no lo consume, eso es percepción de riesgo, pero si yo desde niño vi que mi papá se tomaba una copa o a veces se emborrachaba (…), pues la percepción de riesgo que tengo del alcohol es bajísima, o sea, el alcohol se puede beber”.

Incluso señaló el estatus social que consumir bebidas etílicas se percibe en ciertos contextos, pues “hay comerciales, hay gente que toma un vino tinto y dice esto es de calidad, y les da un cierto nivel socioeconómico alto”.

Al respecto, Martín del Campo, director de Planeación Estratégica del Instituto Nacional de Psiquiatría (INPRF), coincidió en que el hecho de que el alcohol sea legal influye en que sea el primer lugar nacional de adicciones, debido a que “con la disponibilidad del producto, por lo mismo hay una tolerancia, le llamamos tolerancia social, es decir, la gente ve normal que bebas”.

A esto se suma la insuficiencia de cobertura de las estrategias por parte del Estado para combatir la problemática, precisó del Campo.

“Los presupuestos en materia de prevención de adicciones son muy bajitos. No tenemos todavía una infraestructura para tratamiento de adicciones que sea suficientemente fuerte y los programas preventivos no tienen suficiente cobertura”, señaló.

No obstante, ambos especialistas coincidieron en la importancia de focalizar los esfuerzos en las estrategias preventivas, pues “es mucho más barato poder enfocarse en la prevención, es mucho mejor. El consumo de drogas siempre se asocia a riesgos y a daños, de manera tal que es muy importante tratar de evitar que las personas inicien su consumo y si inician su consumo, que salgan pronto de él para que no desarrollen los problemas de dependencia de las drogas”.

De acuerdo a la Secretaría de Salud del Gobierno federal, el consumo en exceso de alcohol es la causa directa de 60 enfermedades y factor de riesgo para otras 200, así como accidentes, principalmente de tránsito.

Además de que el alcohol puede provocar que la persona que lo consume tenga efectos negativos en su calidad de vida y bienestar como puede ser violencia intrafamiliar, bajo rendimiento académico o laboral, problemas con familiares y/o amigos e incluso llegar a tener problemas económicos.

FRASES
“Los presupuestos en materia de prevención de adicciones son muy bajitos. No tenemos todavía una infraestructura para tratamiento de adicciones que sea suficientemente fuerte y los programas preventivos no tienen suficiente cobertura”
Martín del Campo
Director de Planeación Estratégica del INPRF

 

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