En medio de la celebración de la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) que se lleva a cabo en Houston y a unos días de la masacre ocurrida en Uvalde en el que un joven de 18 años mató a 18 menores y a tres profesores algunas personas protestaron en el inicio de sus actividades.

Algunos niños acompañados de sus padres portaban fotos de algunas de las víctimas y en medio de sus protestas mencionaban “Am I next?” (¿Soy el siguiente?)

Niños menores de 10 años fueron los principales personajes que alzaron la voz en el sitio que espera la participación de Donald Trump y más republicanos.

De acuerdo a medios locales el gobernador Greg Abbott, cuya asistencia se tenía prevista, se dirigirá a la convención en un video previamente grabado. 

 

La NRA afirmó que la convención sería una oportunidad para “reflexionar” sobre lo ocurrido en Uvalde, una tragedia de la que la organización se eximió de cualquier responsabilidad.

Su adjunto, Dan Patrick, tampoco comparecerá para evitar “aumentar el dolor de las familias”, dijo en un comunicado.

A lo largo del evento que dura tres días, miles de entusiastas de las armas se pasean por el amplio centro de convenciones de Houston, repleto de stands de fabricantes que exhiben rifles semiautomáticos y equipos de caza.

“Tengo armas de fuego en todas las habitaciones de mi casa”, dijo riéndose un hombre de 60 años, cuando se le preguntó si el rifle que consideraba comprar sería el primero.

En una muestra de su malestar, varias estrellas de la música country decidieron no acudir. Entre ellos, Don McLean, conocido por su canción “American Pie”, que consideró “irrespetuoso” actuar allí.

La NRA, que cuenta con 5 millones de miembros, dijo que para garantizar la seguridad de Trump -a quien la organización donó decenas de millones de dólares para sus dos campañas presidenciales- se prohibirían las armas de fuego en la sala.

Fuera del edificio, los manifestantes se reunían con carteles que pedían la prohibición de los rifles de asalto o exigían “dejar de matar niños”.

La masacre, calificada de “nueva Sandy Hook” por la prensa estadounidense, en referencia a la matanza ocurrida en una escuela primaria de Connecticut en 2012, reabrió las heridas de otras tragedias escolares en Estados Unidos.

LDAV