depresión
Foto: Pixabay / En el país 10.4% de mujeres padece depresión, un trastorno que, posterior a dar a luz, genera en su mayoría confusión  

Ansiedad, ataques de pánico, miedo a perder el control y pérdida del placer son algunos de los síntomas con los que Liz, madre mexicana de una bebé de cuatro meses y Noelia, madre española de un pequeño de dos años y un bebé de tres meses, han experimentado desde abril y corresponden a la depresión postparto, un trastorno poco atendido por el sistema de salud en México y el miedo que muchas mujeres sienten, pues la sociedad espera ver una enorme felicidad después de un parto, pero no siempre es así.

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“Hace unas tres semanas, justo cuando empecé con ansiedad, fue por un pensamiento muy malo, yo jamás le haría daño a mi bebé pero fue una idea de que ‘¿si pierdo la cabeza y sin querer le hago algo?’ Esos segundos me están hundiendo cada día más porque pienso el dolor que sentí, lo mala madre que fui en ese momento y la culpabilidad me hunde”, platicó en entrevista con 24 HORAS Noelia de 34 años, lo cual se relaciona con las fobias de impulsión, un indicio de depresión perinatal y que se asocia al miedo por los impulsos propios.

Mientras que Liz en algunas ocasiones experimenta el deseo de salir corriendo y gritar, un nudo en la garganta y enojo con su bebé a pesar de que su hija no tiene la culpa: “en mi primer ataque de pánico sentí que me daba un paro cardíaco del estrés, me sentí muy mal, comencé a llorar y hasta he dejado de llevar a mis hijos a sus entrenamientos, a veces puede más mi cabeza. Quiero levantarme con la mejor de las actitudes pero gran parte del tiempo es una guerra con mi cabeza. El miedo, la ansiedad, e incluso la culpa, me hacen la vida más difícil, es complicado explicarle a alguien cómo te hundes en la soledad”.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Comorbilidad en México, como parte de la Iniciativa Mundial de Encuestas de Salud Mental, en el país 10.4% de mujeres padece depresión, un trastorno que, posterior a dar a luz, genera en su mayoría confusión, culpabilidad y la sensación de ser incapaz de atender las necesidades de las o los recién nacidos, quienes pueden llegar a sufrir consecuencias perjudiciales en su desarrollo físico y emocional.

El embarazo y el puerperio (periodo durante el que se recupera el aparato reproductor femenino después del parto) son procesos fisiológicos similares en todas, pero la experiencia psicológica depende de cómo son conceptualizados y representados por una mujer.

A ésto se suma la historia personal, la cultura, la educación y los modelos establecidos en su entorno referente a lo que significa ser una “buena madre” y la representación de la paternidad, además de que según la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, la depresión perinatal provoca alteraciones en el sueño, en la alimentación, sentimientos de culpa, labilidad emocional, una gran preocupación por la o el bebé e incluso ideación suicida.

Asimismo, algunos de los factores de riesgo identificados que pueden incrementar la probabilidad de padecer de depresión posparto es tener una historia previa de depresión, ansiedad y estrés prenatal, bajo apoyo social, una mala relación de pareja, ingreso económico bajo, embarazo no planeado, abortos y abuso sexual, físico o verbal.

“Es bueno poder apoyarse entre madres que están pasando por lo mismo, para que sepas que no estás sola y que por supuesto no estás loca”, comentó Noelia. Por su parte, Liz mencionó que su ginecólogo le recomendó realizarse un perfil hormonal para diagnóstico, pues en algunos casos los cambios en los niveles de estradiol y progesterona intervienen.

Noelia afortunadamente obtuvo una cita con un especialista gracias a su seguro social, sin embargo, está programada para dentro de un mes y medio. “Si tienes más urgencia hay que pagarlo”, dijo, lo cual demuestra la escasa puesta en marcha de programas que den prioridad a la salud mental materna, necesidad pública que debe tomar relevancia sobre todo en el Día de las Madres.

Lo que es un hecho es que servicios telefónicos públicos como la Línea de la Vida 01800 911 2000 o la atención especializada de enfermería en salud mental y psicología en los teléfonos 55 53 50 72 18 y 800 46 10 098 de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO), pueden abordar este tipo de trastornos mentales.

LEG