Dicen que los obreros de México somos combativos, no así algunos líderes sindicales, pero, sin duda, un gran ejemplo de resistencia son los 10 mil trabajadores mineros que llevan años batallando con todo tipo de artimañas legales interpuestas por Napoleón Gómez Urrutia, con tal de no regresarles los 55 millones de dólares que les robó.

Estamos hablando de mineros que ejercieron hace décadas su oficio y que ahora son adultos mayores, 500 de ellos, aseguran se quedaron en el camino, es decir, murieron esperando que el bribón les regresara lo que les correspondía de la venta del 5% de las acciones de la mina de Cananea.

Napillo ha estado calladito y cualquiera en sus zapatos estaría igual, ya que aún falta que la autoridad determine cuánto dinero deberá regresar por el concepto de intereses generados por los 55 millones de dólares, equivalentes a mil millones de pesos.

El hurto fue en 2005, han pasado 17 años, ahora imaginemos a cuánto podrían ascender los intereses, sin duda, serían muchos millones de dólares más, recursos que de regresárselos a los mineros sería por demás justo y traería grandes beneficios a las comunidades, como empleo, inversión y riqueza.

En el último laudo, que por cierto es el cuarto emitido en febrero por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, se determinó que Napillo es “responsable solidario” del sindicato minero y, como no serlo, si él es dueño y señor de la empresa familiar con fachada de organización obrera, el punto es que, en caso de que el sindicato no cuente con los recursos necesarios para el pago, él deberá aportar los recursos que hagan falta.

De acuerdo a las organizaciones conformadas por los mineros defraudados de Cananea, este no es problema ya que de todos es sabido que el sindicato cuenta con recursos millonarios que le han permitido a Napito, y a toda su descendencia, vivir como reyes, por otro lado, también es un hecho que el sindicato tiene infinidad de inmuebles y no solo hablamos de edificios sindicales.

El sindicato cuenta con casonas e incluso con haciendas como la de San Antonio Xala, en el Estado de México, la cual fue fundada en el siglo XVI, mide 92 hectáreas y, por cierto, fue utilizada en agosto de 2019 por Napillo para celebrar su cumpleaños número 75, con un gran banquete y con la actuación de conocidos cantantes, así que imagínense en cuánto está valuado dicho recinto.

Pero por si no alcanzara, Napillo acumula varias mansiones no solo en Ciudad de México, sino en Monterrey y también en Canadá, todas valuadas en varios millones de dólares, no olvidemos tampoco sus carros de lujo.

Los mineros de Cananea y los familiares de los ya fallecidos tendrían prácticamente garantizado el pago de estos recursos, esto, si la autoridad lo determina y pone punto final a este tema.

Sin duda, las tuercas en este caso se han movido, ya se acumulan cuatro laudos en favor de los mineros; sin embargo, pareciera que los recursos legales por parte de los abogados de Napillo no tienen fin.

Lo que es un hecho, es que no se necesita ser uno de los defraudados de Cananea para sentir empatía o indignación por tal abuso, que este tipo de historias no deben existir y que sin duda deben ser castigadas por la autoridad.

A los demás nos corresponde velar porque se haga justicia y sumarnos a la lucha de estos hombres contando lo sucedido a la nuevas generaciones para que, de esta manera, nadie más sea víctima de impostores disfrazados de obreros.

 

@CarlosPavonC