Fieles católicos acudieron a las distintas parroquias y capillas capitalinas para recibir la Imposición de la Ceniza.
En el corazón de la Ciudad de México, cientos de feligreses acuden a recibir ceniza en el inicio de la Cuaresma, aún cuando, por la contingencia sanitaria, no se marca en la frente.
Los distintos templos católicos se mantuvieron abiertos por horarios prolongados con el fin de dar cabida a todos los feligreses sin exponerlos a aglomeraciones.
En algunos templos se realizó la sanitización de los recintos religiosos entre cada misa; por ejemplo en la Basílica de Guadalupe, lugar donde los fieles comenzaron a hacer filas para ingresar a escuchar la celebración; para quienes no iban a escuchar misa, la ceniza se impuso en la parte exterior del templo.
A un costado, en la Parroquia de Santa María de Guadalupe, Capuchinas, la Imposición de la ceniza se realizó en la parte exterior del templo y los fieles, posteriormente, pudieron. ingresar al templo para ser partícipes de las misa.
El Miércoles de Ceniza es un día de mucha solemnidad y reflexión para los católicos:
“Significa que polvo somos y en polvo nos vamos a convertir; es también el arrepentimiento de nuestros pecados para que podamos acercarnos más a Dios y estar más en gracia con Él”, señaló María de la Luz, una fiel católica que acudió al templo en compañía de su familia.
Además, es un día que representa el arrepentimiento de los pecados y es un compromiso para los católicos.
“Es estar bien con Dios”; “arrepentirse de los pecados y creer en el evangelio”, afirmaron dos vecinas de Lindavista que acudieron a la Parroquia de San Cayetano a la Imposición de la ceniza.
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Maru marca la ceniza con un sello en las afueras de la capilla de San Juan de Dios, “la gente viene y puede acercarse a recibir la imposición o también a escuchar misa”, relata mientras explica que decidieron hacerlo así, pues algunos “no tienen tiempo de escuchar la palabra de Dios”. En otros sitios, la imposición del sacramento se imparte después de misa.
No obstante, este año hay menos personas con la cruz en la frente, pues por medidas sanitarias, en lugar de marcar el símbolo de la iglesia en lo alto de la cara, se riegan las cenizas en la corona de la cabeza. Al recibirla y dar gracias, los feligreses oran y reflexionan.
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“Es bueno que no se pierda la tradición, pues es de las más importantes que tenemos, porque fue cuando Jesús se sacrificó por nosotros”, explica Brenda después de recibir el sacramento. Ante el cambio de la manera en la que ahora se aplica, considera que lo importante es recibir la ceniza y recordar lo que significa, más no la forma en que la imponen.
Como parte de las medidas sanitarias, en la mayoría de los templos la ceniza no se aplicó en la frente para evitar el contacto directo.
“La ceniza se está poniendo en la parte de arriba de la cabeza, es una medida sanitaria, como la comunión que se da en la mano”.
Esa fue la instrucción dada a las parroquias, sin embargo, cada templo decidió al final cómo fue su aplicación.