Foto: AFP Conflicto, un año después, solo crece más, y se acerca a la capital  

Tras un año del estallido armado en la región de Tigré, el conflicto que comenzara en noviembre de 2020 se ha agravado durante los últimos meses y se extiende a las regiones vecinas de Afar y Amhara, por lo que el Gobierno ha declarado el estado de emergencia en todo el país.

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Este miércoles, el Frente de Liberación Popular de Tigré (TPLF) anunció que se había apoderado de la ciudad de Kemise, ubicada 325 kilómetros al norte de Adís Abeba, la capital de Etiopía y la ciudad más poblada del territorio.

Etiopía no dará marcha atrás en la resistencia que opone el Gobierno a los rebeldes del Tigré, según informaron autoridades locales, que rechazan los llamados internacionales a un alto el fuego.

El 28 de noviembre de 2020, tres semanas después de haber enviado el Ejército en la región más septentrional del país para deponer a las autoridades disidentes del TPLF, el primer ministro Abiy AhmadNobel de la Paz en 2019– proclamó la victoria sobre los rebeldes.

Según Jeffrey Feltman, el emisario estadounidense enviado para encontrar una salida pacífica al conflicto, “cualquier marcha hacia la capital por parte del TPLF provocaría un aumento del desplazamiento de la población, un aumento de las necesidades y el sufrimiento del pueblo etíope”.

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Bajo estas circunstancias, el estado de la crisis humanitaria que vive la región norte, y por la que casi medio millón de personas están al borde de la inanición, se vería agravado por la obstrucción que el gobierno ha puesto a la ayuda que llega al país, y que ha sido calificado como un “bloqueo de facto” por Naciones Unidas.

 

LEG