Valeria Lorety Díaz
Foto: Especial Valeria Lorety Díaz está convertida en la primera mujer trans en participar en un proceso electoral  

Desde su infancia siempre quiso llegar alto, brillar y dejar huella. A su madre le decía que soñaba con ser presidenta algún día, convencida de que a este mundo se viene a trascender, no a pasar desapercibida ni a desaprovechar oportunidades.

Hoy, el primer paso está dado: en un hecho inédito en la historia de Tlaxcala, Valeria Lorety Díaz está convertida en la primera mujer trans en participar en un proceso electoral “pero no por ambición, sino porque yo sí tengo vocación de servicio”.

Su hoja de vida dice que es empresaria –tiene una estética reconocida en Zacatelco, su propia línea de maquillaje y su escuela– y también es una persona filantrópica.

Le gusta rescatar perros abandonados y curarlos cuando es el caso, sin mayor apoyo que el de la sociedad. En su hogar ha llegado a tener hasta 30 canes que luego ha dado en adopción.

En entrevista, luce un vestido largo verde, porque “es vida y esperanza”, y porque es el color del partido que le abrió las puertas para buscar la presidencia municipal de Zacatelco.

-¿Por qué buscar ese sueño de ser presidenta municipal por el Partido Verde Ecologista de México?
-Inicialmente me buscaron del PRD, iba con ellos, pero me di cuenta que su ideología no coincide con la mía y decidí bajarme de la contienda. Me mantuve en stand by unos días, y luego el Partido Verde me da la oportunidad. Platico con los dirigentes y me doy cuenta que no todos los partidos son malos y que hay algunos que realmente quieren un cambio-, explica.

Además, Valeria Lorety dice que su intención “es hacer historia y no unirme a la misma corrupción de siempre. La ideología y estatutos del PVEM van de la mano con lo mío, porque me gusta cuidar y proteger el medio ambiente. Era el momento de decidir participar en este partido, pues estoy segura que juntos vamos a abrir brecha para que en próximas elecciones otros partidos le den la oportunidad a más mujeres trans”.

Originaria de Huamantla, desde hace 14 años vive en el llamado corazón del sur. Allí, la gente “me identifica y reconoce perfectamente bien y ahora Zacatelco me está pidiendo hacer algo por el municipio y tengo que responderle de esta manera. Ojalá que la población me dé la oportunidad de hacer algo diferente para hacer historia no solo a nivel local sino nacional”.

-¿Cree que pueda lograrlo? En Zacaltelco son muy machistas y conservadores
-El machismo siempre ha existido, venimos debatiendo eso desde años atrás. Yo lo viví en casa, pero estoy preparada para enfrentar y hacer oídos sordos a todos los comentarios que puedan hacer en contra mía. Desde el momento que decido entrar a la contienda estoy muy consciente de que me lloverán insultos y de que seré blanco de actos de discriminación u homofobia, pero con todas esas pedradas voy a construir cimientos y muros para seguir adelante y convertirme en un parteaguas, en el estandarte de muchas personas.

-¿Su sueño va más allá de ser presidenta municipal?
-¿Quién dice que no puede haber ninguna presidenta municipal trans? (En esta elección) puedo ganar o perder, pero la gran ventaja es que para las próximas elecciones habrá rostros diferentes y gente que pueda participar y eso me va a llenar mucho el alma y el corazón porque estoy abriendo trinchera. Por eso invito a aquellas personas con preferencia de otra identidad a que vayamos haciendo conciencia de que la trans-formación se puede lograr.

-¿Por qué incursionar en política?
-Yo voy (a la contienda) por vocación y no por ambición, y creo que es momento de que la política tenga una visión más incluyente, transformadora. Se dice siempre que la política es para hombres y mujeres, y no: la política es para todo aquel ciudadano que quiera levantar la mano y hacer un cambio. Yo soy de esas personas y estoy completamente segura de que estas elecciones van a dejar un buen sabor de boca. Es momento de que todos vean a Zacatelco.

-¿De verdad siempre soñó con ser presidenta?
-Y no sólo presidenta, a mi madre se lo decía. Cada quién tiene sus propios límites. Mi sueño, desde hace mucho tiempo, es poder hacer algo por la gente. Siempre he sido una mujer muy altruista y me he abierto muchas puertas y si este sueño rumbo a la presidencia de Zacatelco ha arrancado ¿por qué no seguirle a una diputación y a la gubernatura? Los humanos vivimos de sueños y los sueños se hacen realidad siempre y cuando luches por ello.

-Pero hay partidos y políticos que se niegan a abrirle las puertas a la comunidad trans.
-Siempre van a existir problemas en la política, pero gracias a Dios hay equidad de género y leyes. Yo soy una mujer que se hizo el cambio de nombre hace 6 años y como mujer y ciudadana tengo el derecho de participar. Estoy consciente de que no se puede cambiar de la noche a la mañana, pero ya comenzamos y vamos abriendo brechas.

TRANS-FORMARSE

Hace 6 años en el Estado de México, Valeria cambió de identidad, apoyada por sus abogados. En Tlaxcala, por ese entonces, la posibilidad estaba vedada. El proceso –cuenta- llevó tiempo “no sólo para tener otro nombre, sino para hacer valer los derechos que tenemos las mujeres trans, y que son iguales a los de todos, a los de los demás”.

Cuenta que desde su infancia supo que su cuerpo no correspondía ni con su mente ni con sus preferencias: “entonces mi primer cuestionamiento era eso, saber en realidad quién era y me preguntaba cuándo iba a explotar…hasta que salí del clóset como se dice”.

Lorety Díaz devela que la primera discriminación que vivió fue la de sus padres, “pero no los culpo, los entiendo y hoy los amo; en mi familia terminaron por aceptarme como soy. Sí, mi decisión me llevó a vivir muchos episodios de violencia, pero también me di cuenta que podía mover a mucha gente para hacer cosas buenas. Hoy me doy cuenta de que hice lo correcto y de que voy por el camino adecuado”.

-¿Cómo era su padre?
-Mi papá era güero y fue el que tuvo más mujeres en el pueblo. En casa siempre se habló de respeto y educación. Por ejemplo, mis padres siempre decían que no querían ver a un hijo (yo) greñudo, por eso cuando me mandaban a la peluquería siempre ordenaban que me cortaran el cabello tipo corte militar. Eso iba en contra de mi forma de pensar y de mi esencia como ser humano, pero no me quedaba de otra en esos momentos más que respetar la decisión de mis padres, porque era un niño de 10 años de edad y no podía hacer absolutamente nada.

-¿Hay rencor o resentimiento contra la sociedad por todo lo que ha vivido tras su decisión de ser usted misma?
-El único rencor o resentimiento que tengo es conmigo por no haberlo hecho antes, desde hace muchos años. Es la única etapa de mi vida en la que pienso: si lo hice a los 18 años, ¿por qué no lo hice a los 10 años para poder realmente liberarme de la carga tan pesada que ya traía? Pero ahora soy una mujer feliz, llena de vida, en plenitud y con mucha energía para hacer este cambio.

-¿Ahora cómo se define Valeria Lorety Díaz?
-Ahora pueden ver en mí a una mujer guapa y atractiva, pero también inteligente. Soy una guerrera, soy una persona que lucha por lo que quiere, que no se queda con los brazos cruzados. Soy una persona que va a hacer algo diferente para que de alguna manera estas elecciones sean históricas. Ahora que puedo buscar la presidencia municipal de Zacatelco, veo que los sueños se cumplen y yo estoy cumpliendo los míos al participar en este proceso…es un sueño que yo tuve ¡y lo voy a cumplir!

 

fahl