Violencia en las calles y detenciones de manifestantes y periodistas se detonaron en Myanmar 14 días después de que el Ejército diera el golpe de Estado.

Los choques comenzaron el viernes, y la oposición al régimen militar en Birmania se intensificó un día después con la aparición de grupos espontáneos de vigilancia vecinal para frustrar los arrestos de activistas.

Temprano este sábado comenzaron las manifestaciones, que horas más tarde reunían a miles de personas en el centro de Rangún, capital económica del país, y el tráfico se detuvo en un concierto de bocinas para celebrar el aniversario del padre de la independencia birmana, el general Aung San, que habría cumplido 106 años el sábado.

Luego de múltiples arrestos de inconformes, las fuerzas de seguridad también detuvieron la víspera a cinco periodistas, tras disparar contra manifestantes en la ciudad de Myitkyina.

Tropas dispersaron la manifestación con disparos, según periodistas que no precisaban si los soldados usaron balas reales o de goma.

Militares son responsables: ONU

Apenas el viernes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU discutió en sesión urgente la situación en Myanmar. Se habría condenado el uso de munición real por parte de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes y llamaron a que se apliquen sanciones contra los responsables, así como a garantizar que se mantenga la asistencia contra la pandemia de Covid.

Y ayer, el organismo advirtió que los jefes de la junta militar serán “considerados responsables” de la violencia, haciendo temer una inminente represión del movimiento de protesta contra el golpe de Estado.

“Es como si los generales hubieran declarado la guerra al pueblo birmano. A la atención de los generales: ustedes serán considerados responsables”, tuiteó Tom Andrews, relator especial de las Naciones Unidas para Birmania.

 

LEG