Daisy Solares, quien trabajaba como terapeuta respiratoria del centro médico de la Universidad de Maryland, fue una de las primeras personas en el estado en recibir la vacuna contra el Covid-19. Su padre fue una de las víctimas mortales del virus.
Durante lo meses que lleva en la primera línea de batalla ayudando a los pacientes que llegan con Coronavirus, la misma enfermedad que, en el mes de mayo, se llevó a su padre, Juan Gabriel Solares, a los 65 años, y al momento de vacunarse recordó que “estaba nerviosa”.
“Mi corazón estaba yendo bien rápido. Quería llorar, pero de alegría. Mi padre falleció de covid. Nada lo va a traer de vuelta, pero esto me da esperanza de que haya menos pacientes sufriendo. En el hospital, cuidando de enfermos con covid, veo a personas morir, sufrir, y ya no quiero ver eso. Por eso me dio mucha alegría. Pensé en mi padre, cerré los ojos y me dije: ‘Guau, lo he hecho”, de acuerdo con declaración al diario El País.
“Pensé en mi papá, ellos tomaron un video y solo cerré mis ojos y pensé cómo él pudiera estar con nosotros”, dijo en entrevista para la cadena Telemundo.
Junto a Solares, la primera de las dos dosis que requiere la vacuna les fue administrada el lunes a otros cuatro trabajadores del Centro Médico de la Universidad de Maryland.
El hospital, el principal de la ciudad de Baltimore, de algo menos de 600 mil habitantes, recibió 975 dosis que repartirá siguiendo las directrices del “marco de distribución equitativa de la vacuna de la covid-19”.
“Quiero ir a la comunidad en honor de él, quiero hace todo esto, yo sé que él hubiese estado orgulloso, las enfermeras que él tenía decían que el como hablaba que yo era lo que él decía y que yo trabajaba en un hospital tan grande”.
Solares, recomendó a toda su “gente hispana” tener fe y confíen en la vacuna y que tan pronto tengan la vacuna, salga a ponérsela.
“Voy a seguir usando las protecciones pero me siento más segura”, finalizó.
AR