Como si fuera un duelo de clanes, el presidente Andrés Manuel López Obrador viajará con todo el gabinete legal y ampliado a la reunión con los 32 gobernadores programada para el 19 de este mes.

Como se diría en el barrio, les van a “echar montón’’ a los mandatarios estatales.

Nunca en la ya larga historia de la Conago se había dado el caso de que un Presidente acudiera con todo el gabinete a una reunión.

Los temas que quieren tratar los gobernadores con el jefe del Ejecutivo son, principalmente, la reformulación del pacto fiscal; esto porque según los mandatarios estatales la Federación les ha retenido recursos que les corresponderían, independientemente de la austeridad decretada por la pandemia.

No hay inversión pública federal en ningún estado, salvo en los que se construyen los elefantes, perdón, las obras emblemáticas del sexenio: el aeropuerto en Santa Lucía, en Hidalgo; la refinería de Dos Bocas, en Tabasco y el Tren Maya que no termina de nacer, en la península de Yucatán.

Otro tema que traen los gobernadores es el manejo de la pandemia y los pocos recursos que, dicen, les ha proporcionado la Federación para atenderla en sus estados.

No están conformes con las directrices marcadas por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell; para acabarla de regar, ayer no pudo ser presentado el nuevo semáforo epidemiológico que supuestamente serviría para atender las demandas de cada entidad.

Otro tema tiene que ver con el inicio del ciclo escolar 2020-2021 y la estrategia federal de la educación a distancia en tanto el semáforo en las entidades y municipios respectivos sigan en color rojo.

La Secretaría de Educación Pública ha marcado una directriz nacional pero dejado en manos de los gobernadores la decisión de cuándo regresar a las clases presenciales dependiendo del color de su semáforo.

Con esos temas se antojaba que quizá acompañaran a la reunión Esteban Moctezuma -que de paso se daría una placeada por su estado en donde lo andan candidateando para gobernador-, Arturo Herrera, López-Gatell y Olga Sánchez Cordero.

Pero llevar a todos los miembros del gabinete huela a pleito y a que, como ocurre generalmente, entre tanto vocerío se pierden lo importante.

Si no es pleito, pues.

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La crisis derivada de la pandemia ha sacado a luz lo mejor y lo peor de México.

Ahí está la CNTE de Michoacán marchando, acampando en el Zócalo, sin importarles los contagios de Covid, en demanda de 2 mil 400 plazas a las que dicen “tener derecho’’.

Lo mismo pasa con la CNTE en Oaxaca.

Justo ahora que se necesita la solidaridad del magisterio para consolidar el programa “Aprende en Casa II’’, la educación en línea o a distancia, aprovechan el momento para tratar de chantajear a la sociedad y al Gobierno.

La asignación de plazas está perfectamente regulada por la Ley General de Educación y no habría manera de que se salieran con la suya.

Claro, si es que se respeta la ley.
Porque si se actúa como se ha hecho tradicionalmente, los líderes se irán con los costales llenos y unos cientos de plazas para repartir conforme a sus muy particulares intereses.

De los niños y su derecho a la educación mejor no hablamos.

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Ahora resulta que Rosario Robles tuvo más entereza -por ponerlo publicable-, que Emilio Lozoya Austin.

Robles sigue presa porque no ha repartido culpas ni denunciado supuestas complicidades.

A ver cómo la trata la justicia después de la revelación que hizo el fiscal Alejandro Gertz Manero.

LEG