Arturo Moreno
Foto: Especial Las conversaciones sobre el Subsecretario Hugo López-Gatell al inicio de la estrategia de la nueva normalidad se mantuvo en los mismos niveles  

Por: Arturo Moreno

Corrían los primeros 35 días del año 2020 cuando los reportes internacionales y la información mediática sobre el virus COVID-19, no sólo arrebató la agenda pública al presidente López Obrador, incluso representaba una amenaza a la capacidad de comunicación en los distintos frentes que se abrían al gobierno mexicano.

En el contexto de la actividad previa a la pandemia y ante los errores de comunicación que día a día costaban puntos de aprobación a la administración obradorista; se decidió utilizar la figura de un experto que apoyara al presidente en la conversación sobre la crisis que se avecinaba, ese experto sería Hugo López-Gatell, un médico-cirujano egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

López-Gatell, doctor en Epidemiología por la Bloomberg School of Public Health de la Universidad John Hopkins; desde los primeros días de febrero debutó en las conferencias mañaneras del presidente López Obrador con el objetivo de mitigar la percepción de impericia e ineptitud del gobierno en su manejo de la crisis.

 

De experto en la materia a escudo de la 4T durante la pandemia

El doctor López-Gatell durante la fase de actividad previa a la pandemia, realizó trabajo de comunicación informativa y fiel a la clara estrategia de concentrar la conversación técnica sobre el coronavirus, manteniendo un perfil medio que le permitió posicionarse de forma relativamente favorable y sin mayores sobresaltos, permitiendo que el Presidente López Obrador mantuviera su estrategia de comunicación informal y cercana hacia su base social.

No obstante la nueva estrategia, a mediados de mayo y durante la respuesta a la pandemia, el tamaño de la conversación aumentó exponencialmente más de 2700% y manteniendo las menciones a su favor; mientras que los negativos se concentraban en hecho políticos como las descalificaciones de líderes de opinión como el conductor Javier Alatorre.

No obstante la estrategia de comunicación como experto en la materia, los primeros golpes que comenzaron a afectar la percepción digital de López-Gatell, fueron precisamente aquellos en los que se concentraba su mayor fortaleza: sus conocimientos técnicos en epidemiología y los datos presentados durante sus intervenciones. Llegando a confrontaciones con reporteros asistentes a las mañaneras.

Para el mes de junio las conversaciones sobre el Doctor Gatell ya habían crecido un 200% más respecto al periodo abril-mayo; incluso las conversaciones favorables superaban en más del 70% a aquellas en contra.

Pese a que la imagen de López-Gatell cobraba relevancia política (y en consecuencia blanco de ataques); eventos como la solicitud por parte del Presidente López Obrador a la OMS para incorporar al Doctor Gatell como miembro de su panel de expertos sanitarios, además de la disculpa pública hacia la senadora Alejandra Reynoso tras acusarlo por violencia política de género; ayudaron a que la opinión pública siguiera siendo favorable.

 

Crecimiento de la percepción negativa

Las conversaciones sobre el Subsecretario Hugo López-Gatell al inicio de la estrategia de la nueva normalidad se mantuvo en los mismos niveles, gracias a la ratificación de este como parte del panel de expertos del RSI por cuatro años; aunque se puede observar una caída en el volumen de conversaciones hacia el Doctor Gatell conforme avanzó el mes de julio, también es evidente que las críticas y la percepción negativa ya superaban a las menciones a su favor.

Si bien la diferencia era mínima, las declaraciones en contra del sector privado como las empresas refresqueras, al catalogar a sus productos como “veneno embotellado”; así como los cambios constantes en sus recomendaciones, le han logrado ya tendencias como #DoctorMuerte y la exigencia de renuncia por parte de algunos Gobernadores de los estados.

De acuerdo con el autor norteamericano James Surowiecki, todo lo que sabemos acerca de la inteligencia, sugiere que un pequeño grupo de personas, por más inteligente que sea, no podrá ser más inteligente que la inteligencia de grupo más grande1.

Hasta el momento, la función del subsecretario López-Gatell ha resultado útil para contener la estrepitosa caída de percepción del gobierno del Presidente López Obrador. Sirviendo como una válvula de escape en determinadas ocasiones o como una figura que aporta credibilidad en la conversación sobre la pandemia en otras; siempre asumiendo que la opinión pública aceptará este juego por mucho tiempo.

La caída en el volumen de conversaciones y la renuencia de aquellas negativas a disminuir, son un indicador de que no están entendiendo a los grupos más grandes.

 

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