López Obrador
Foto: Cuartoscuro Y es que resaltó que aunque así se señale, él no irá a meterse a cuestiones políticas ni electorales en el vecino país  

“No soy una vendepatria”, fue la frase que el Presidente Andrés Manuel López Obrador colocó en la primera Mañanera realizada ya con el semáforo epidemiológico de la pandemia en naranja para la Ciudad de México y luego de una semana que calificó como “compleja”.

Y es que la semana pasada, el mandatario tuvo que sortear un sismo de 7.5 grados y un ataque del crimen organizado contra el secretario de Seguridad de la capital del país.

Eso hará que no dé “ni un paso atrás”, ni para dar un informe en Palacio Nacional el día de mañana al cumplir dos años de haber sido electo ni para su primer viaje internacional para reunirse con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, con motivo del nuevo tratado comercial.

“Yo no tengo problema de conciencia de que yo vaya.. Toda mi vida he sostenido que México es un país libre, independiente y soberano. No soy un vendepatria”.

Y es que resaltó que aunque así se señale, él no irá a meterse a cuestiones políticas ni electorales en el vecino país.

“Es un dicho según cual si la ensartas, pierdes; y si no la ensartas, perdiste. Si voy, ¿para qué voy?; y si no voy, ¿por qué no voy? Si no voy, soy aldeano de Macuspana, que me da muchísimo orgullo, y además no sólo de Macuspana, de Tepetitán Macuspana, Tabasco”.

Sin embargo, aunque animado, el mandatario se mostró olvidadizo, pues ya estaba dando la palabra cuando los comunicadores le recordaron que antes iban los videos de los avances en obras: “Ah, ustedes también tienen ganas (de verlos)”, bromeó.

La conferencia de ayer tardó casi 20 minutos en comenzar y -como ha sido durante toda la Jornada Nacional de Sana Distancia- el aforo en el Salón Tesorería no debe rebasar las 50 personas.

Esa restricción hace que los reporteros, y algunos que sólo cuentan con una red social pero aún así tienen acceso, lleguen incluso antes de las 4:00 de la mañana a Palacio Nacional. La hora obliga a llegar en autos al Zócalo capitalino, o como pocos en bicicleta; sin embargo, los cierres al circuito a Plaza de la Constitución hacen perder minutos que significan ingresar o no a La Mañanera.

La sana distancia se respeta desde la fila que se hace en la calle de Moneda en espera del registro. La nueva forma de acceso es cuatro medios por cada tipo: impreso, televisión, radio, multimedia o digital.

Si no se logra entrar en la primera tanda, se apuntan en lista de espera; es decir, si al Presidente no lo acompañan tantos funcionarios que llenan el aforo, hay chance para más reporteros, pero ya iniciada la conferencia.

Aunque los medios tienen un registro oficial, la asignación de su tipo de medio es a criterio del personal de logística de Comunicación Social, pues un día lo pueden ubicar como impreso y otro como multimedia.

Además de los filtros de seguridad, reporteros y personal debe pasar el filtro sanitario: untarse gel antibacterial y permitir la toma de temperatura corporal.

Los que no ingresan, se van a sala de prensa, donde también se guarda la sana distancia dejando dos computadoras libres entre cada comunicador.

¿Nueva normalidad?

Dentro del Salón Tesorería bien podría no haber Nueva normalidad, pues el desarrollo de la conferencia es el mismo que desde el 3 de diciembre de 2018.

El mandatario da la palabra a quien quiere – aún es un misterio el criterio que tiene- y se topó con quienes ni la pregunta saben formular: “Pero a ver, la pregunta”, cuestionó el que debe ser interrogado.

De entre los cinco turnos que abrió, incluyó al recuerrente Carlos Pozos, quien opta por adular y dista de cuestionar con sentido periodístico, y casi pide que lo lleve en avión de la Fuerza Aérea con él a Washington.

A pesar del arranque del semáforo naranja en la capital, una de las zona de alto contagio de coronavirus, el mandatario omitió hacer comentario al respecto en una hora y 49 minutos de estar en el atril.

LEG