El regreso a los teatros se aproxima. La nueva normalidad enfrentará a esta industria a protocolos que dictarán cambios en la forma de ver y hacer teatro, pero quizá lo más relevante será superar el reto económico de costear las puestas en escena con una menor capacidad instalada o el propio temor del público para asistir nuevamente a las obras.

Productores como Gerardo Quiroz, con más de 30 años de experiencia en la realización de obras de teatro, alistan una estrategia sanitaria y económica para lograr que las puestas en escena mantengan la calidad, bajo los cuidados sanitarios que dictan las autoridades; sin embargo, este reto representará adversidades como el atraso en el arranque de operaciones, recorte de personal y gastos que no han parado desde el 15 de marzo, cuando se decidió suspender las actividades en el país ante la pandemia del Covid-19.

En una entrevista con 24 HORAS, Quiroz recordó que si bien las operaciones de los teatros se podrán reanudar cuando el semáforo sanitario, al menos en la Ciudad de México, esté en amarillo, en el caso de los musicales se podría ampliar el plazo hasta que el semáforo esté en verde. La razón: un mayor contacto entre los actores, bailarines, cantantes y staff técnico.

Infografía: Xavier Rodríguez

“No veo factible que se mantenga la sana distancia de 1.5 metros o dos metros entre actores o bailarines, pues porque al menos en el teatro musical esa interacción debe de ser muy cercana, hay abrazos, hay cargadas en los bailes, hay besos o se hablan muy de cerca. Creo que eso va a provocar que ciertos musicales regresemos más tarde y será muy probablemente cuando el semáforo esté en verde”, dijo.

Para que los musicales puedan regresar en el caso de un semáforo amarillo, Quiroz y los productores afiliados a Teatromex, entre los que se encuentran: Morris Gilbert, Tina Galindo y Jorge Ortiz de Pinedo, propusieron a las autoridades medidas sanitarias que buscan proteger al público y a los participantes de las obras, sin afectar la calidad de las mismas.

“Lo que nosotros proponemos es que todos los colaboradores en una puesta en escena sin importar el área en el que se desempeñen, tendrán que hacerse la prueba de Covid-19 certificada, deberán de estar hasta antes de entrar a escena con tapabocas y sana distancia, y ya en escena los actores, los músicos, los bailarines se desempeñarán con la debida precaución, interactuando sin ir en contra de lo que está marcado en un libreto y dirigido artísticamente por los responsables creativos”, explicó.

En el caso del público, tendrán que llevar cubrebocas, usar gel antibacterial, se les tomará la temperatura antes de ingresar al recinto, y los teatros tendrán que tener un certificado de sanitización o desinfección desde los camerinos hasta el escenario, pasando por las áreas comunes.

Quiroz prevé que en septiembre u octubre se puede regresar a operar, aunque dependerá de la capacidad instalada que se permita en el teatro. Hasta ahora se habla de un 50% de aforo, porcentaje que alcanzará sólo a cubrir entre 40 y 50% de los gastos que representa una puesta en escena.

Y es que prometió que para incentivar el ánimo y confianza del público, arrancará con descuentos y promociones para las puestas en escena. Sin embargo, este duro golpe económico, sumado a un “tremendo desfalco” por el pago de rentas que no se han detenido desde marzo, y el pago de vigilancia en los teatros para el resguardo de equipo técnico, causará el recorte de casi 40% de su personal.

Gerardo Quiroz Producciones genera más de 130 empleos directos e indirectos, entre los dos teatros y las obras que ahí se producen, además de 45 colaboradores que participan en su escuela PROART, especializada en teatro musical.

La oportunidad de ser creativos

La distancia en el teatro no es algo nuevo, recuerda el director Eduardo Contreras, pues ejemplificó que en las obras del escritor Antón Chéjov pueden, según la creatividad del director, no estar cercanos y requerir de un marcaje próximo.

Para Contreras la nueva normalidad de los teatros podría dar paso también a una nueva dramaturgia, en donde la creatividad sea el ingrediente principal para jugar con los elementos que exigen los protocolos sanitarios.

En ello coincidió el actor Roberto Uscanga, quien recomendó ver la actual situación como una oportunidad para ser más creativos, pues recordó que en el pasado hubo pestes, pandemias, invasiones y guerras, y el teatro buscó la manera de seguir vivo, de seguir proponiendo mundos para continuar contando historias.

Confió en que mientras exista el interés de comunicar y conectar con el público, el teatro va a seguir encontrando su camino para existir.

“El teatro es un eterno enfermo que se ha negado a morir desde hace más de 2,500 años”, Roberto Uscanga, actor y profesor de teatro del Centro Artístico Ignacio López Tarso.

LEG