Foto: Especial El libro Detox digital nace de la experiencia personal de Olga González Domínguez, psicologa clínica y experta en diseño de tratamientos  

Para convertirte en un cibernauta responsable debes aprender a manejar la Web, ya que de usarla en exceso puede generar dependencia Priscila Vega.

 

Para tener una adicción no es necesario consumir drogas. Existen dependencias a la televisión, a la comida, a las compras o a los videojuegos, todas relacionadas con el consumo digital.

 

La cuarentena provocó que el consumo de Internet se duplicara, esto nos obliga a analizar el tiempo que pasamos detrás de una pantalla viendo series o en el celular recorriendo nuestras redes sociales, lo que puede llevarnos a descuidar a nuestra pareja, hijos u obligaciones.

 

La mejor manera de evitar las consecuencias del uso excesivo de la tecnología es mediante una limpieza.

 

El libro Detox digital nace de la experiencia personal de Olga González Domínguez, psicologa clínica y experta en diseño de tratamientos conductuales para problemas obsesivos y adictivos a no sustancias.

 

“Hace seis años tuve adicción a las pantallas. Cuando me empiezo a dar cuenta de que era adicta a las redes sociales y al teléfono busqué un tratamiento que me ayudara y todos me ofrecían una desconexión definitiva y yo no quería eso, quería aprender a tener una relación justa y saludable con el entorno digital, sobretodo con el uso del celular.

 

Entonces diseñé un programa psicológico de autoayuda que fui probando por ensayo y error, hasta que di con el tratamiento indicado y me funcionó, superé mi adicción con éxito”, comparte la psicóloga.

 

La propuesta de Detox digital es crear una educación web que no satanice a los dispositivos electrónicos; la autora explica que debemos convertirnos en buenos ciudadanos digitales para no afectar nuestras relaciones.

 

“En todos mis pacientes que llegaban a consulta por problemas con un hijo adolescente, trastornos alimentarios o problemas de pareja siempre estaba presente sin que ellos se dieran cuenta que pasaban demasiado tiempo en las pantallas”, asevera González Domínguez.

 

CON NOMBRE Y APELLIDO

 

El texto desarrolla la hipótesis de que hay tres niveles de uso de los dispositivos: saludable, abusivo o adictivo; en las cuales podemos ver reflejado nuestro consumo y si tenemos algún problema.

 

El documenting es la obsesión por documentar cada cosa de lo que hacemos en el día, mientras que la nomofobia es el miedo irracional a permanecer un intervalo de tiempo sin tu móvil.

 

El miedo a perderse de algo si uno no está conectado a Internet se conoce como FOMO (Fear of Missing Out).

 

También existe el phubbing, que consiste en ignorar a una persona y a tu entorno por concentrarte en ver tu smartphone -este término se popularizó en 2007 cuando la gente comenzó a adquirir dispositivos-.

 

ESCLAVOS DEL INTERNET

 

El consumo de las redes sociales tiene repercusiones buenas y malas a la salud mental de quien las usa, pues con las aplicaciones construyes redes de soporte emocional, de entretenimiento y desarrollas parte de tu personalidad, siempre y cuando sepas administrar el tiempo que pasas en ellas.

 

“Instagram y Facebook son las apps que más afectan el sueño si las checas antes de dormir”, confirma la especialista, “mientras que la plataforma de Mark Zuckerberg es donde más fácil puedes practicar o ser víctima de bullying”.

 

Por su parte, Instagram produce más ansiedad que las demás; en el caso de la depresión, ambas plataformas mantienen posiciones similares. En trastornos de la imagen corporal, la aplicación exclusiva para fotos y videos se lleva el primer lugar.

 

“El tiempo de interacción con las redes sociales para que sea satisfactoria debe ser de máximo 35 minutos para Instagram y de 43 para Facebook. En las personas que pasaron más de 56 minutos contestando mensajes en WhatsApp, se comprobó que dejaron de sentirse felices y manifestaron una sensación de esclavitud. Mientras que las aplicaciones de videollamadas son las que mejor te hacen sentir con el menor tiempo de uso”, asegura Olga González.

 

¿Y LOS NIÑOS?

 

En Detox digital hay un apartado exclusivo para padres en el que encontrarán tips de cómo deben interactuar sus hijos con la tecnología dependiendo de la edad.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala cuánto tiempo es el máximo que los niños deben pasar en el televisor o en el teléfono, el cual debemos aprender a administrar para evitar que los niños y niñas desarrollen problemas de la vista, de motricidad, sobrepeso o problemas psicológicos.

 

“Con los niños debemos confiar y entender que tienen la capacidad de entretenerse sin pantallas. Hay que darles elementos desestructurados como telas, pinturas, piedras y que ellos estructuren el juego; así tendrás niños entretenidos y felices durante horas sin tener que recurrir a pantallas”, finaliza la autora.

Crea un promedio de tiempo saludable

 

Pfizer hace un estimado de cómo deberían ser los tiempos e n el celular sin contar lo necesario para cumplir con tu trabajo si así lo requieres.

 

15 minutos al día

 

Tiempo dedicado a las redes sociales, ya que es el tiempo necesario para mantenerse informado.

 

20 minutos al día

 

Para mantenerte vigente en redes sociales y estar informado.

 

30 minutos al día

 

Tiempo perfecto para mantenerte como un ciudadano activo en Internet, desde comentar, compartir en redes y checar notificaciones.

 

3 a 5 horas a la semana

 

Tiempo necesario para mantener un blog o subir contenido regular a tus redes sociales

 

Tips para cuidar a los niños en la Web

 

1. Establecer horarios de uso

 

2. Verificar el contenido al que acceden

 

3. Poner controles parentales

 

4. Tener reglas claras y firmes

 

5. Comenzar con el ejemplo.

 

 

AR