A sus 8 años, Emiliano aprovecha que no tiene clases desde el lunes para ayudar a sus padres en su negocio familiar, ubicado en la Central de Abasto.

Aunque la suspensión de clases (prevista hasta el 20 de abril) es para resguardar a los niños en casa por el Covid-19, Emiliano se levanta a las 5:00 horas para acompañar a su padre y su tío a vender pollo, negocio que es el sustento de su familia.

Al llegar un cliente, el menor se encarga de pesar el producto e informar del costo que éste tendrá; en caso de que le soliciten bisteces, el infante también aplana la pechuga.

En una entrevista con 24 HORAS, el niño explicó que le gusta ayudar a su familia en el negocio: “Ahora que no tengo clases me gusta ayudar a mi familia en el negocio, pues es de donde sacamos para comprar mis útiles y juguetes; aparte, me aburro en casa”, aseguró.

Por su parte, el padre indicó que en estos tiempos aprovecha el ánimo de ayudar de su hijo, pues recientemente se vio en la necesidad de despedir a su ayudante debido a las bajas ventas que se han registrado en el marco de la crisis sanitaria en la Ciudad de México: “Aunque es menor, la verdad me ayuda mucho, a cobrar, a despachar y a cortar el pollo”.

También explicó que ahora despacha con cubrebocas y guantes, pues leyó que estas medidas reducen el riesgo de contraer esta enfermedad; además obsequia gel antibacterial a sus clientes.

LEG