El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, ordenó un toque de queda nacional a partir del miércoles, la última medida del istmo para tratar de contener el brote de coronavirus, que ha dejado decenas de infectados y un fallecido en el país.

 

La disposición, que regirá entre las 21.00 y 5.00 hora local (0200-1000 GMT) exceptúa a servidores públicos para atender la emergencia, altos funcionarios, personal del Ministerio de Salud, aduanas, y Migración.

 

Los casos en Panamá, el país centroamericano más afectado por el brote, han venido creciendo en los últimas días y, hasta el martes, sumaban 86 infectados. Buscando contener los contagios, el gobierno de Laurentino Cortizo prohibió el lunes el ingreso al país a extranjeros no residentes.

 

Las autoridades también ordenaron el cierre de áreas comunes en hoteles, discotecas, bares y casinos, así como el cese de actividades de establecimientos comerciales, con excepción de supermercados, farmacias y centros médicos.

 

Además, suspendieron procedimientos quirúrgicos y limitaron las consultas en los hospitales. Panamá reportó la semana pasada su primera muerte a causa del coronavirus, un brote surgido en China a fines del año pasado que ha infectado a más de 200,000 personas y ha cobrado la vida de 8,710 alrededor del mundo.

 

Por su parte, Costa Rica reportó el miércoles su primer fallecido por la enfermedad, un hombre de 87 años quien permanecía en cuidados intensivos en un hospital de San José.

 

“Nos solidarizamos con su familia. Reaccionemos, acatemos las órdenes del Ministerio de Salud, solo unidos y con solidaridad pasaremos esta emergencia nacional”, escribió el presidente Carlos Alvarado en su cuenta Twitter.

 

En El Salvador, el gobierno de Nayib Bukele dijo que suspenderá por tres meses el cobro de servicios básicos y crediticios para las personas que resulten afectadas por el coronavirus.

 

Los gobiernos de Centroamérica, una región de unos 50 millones de habitantes entre México y Colombia, han venido profundizando sus medidas para prevenir los contagios, como restringir los vuelos, eventos masivos y suspender clases.

 

El Salvador y Nicaragua son de los pocos países en el mundo que aún no han reportado casos positivos de la enfermedad, que también ha golpeado fuertemente los mercados mundiales y echado por la borda las expectativas económicas más optimistas.

 

cs