Pues resulta que, luego de fumar la pipa de la paz, lo coordinadores de las bancadas de Morena y el PAN en el Senado, Ricardo Monreal y Mauricio Kuri, se dio a conocer que los micrófonos localizados en la sala de juntas de los blanquiazules ¡estaban inventariados!

Así como lo oye.

En la entrega-recepción de los papeles de lo que ahora es el Senado, está incluida una lista sobre los micrófonos que se habían instalado “para grabar las sesiones de las bancadas’’, pero que nunca fueron conectados a las grabadoras de la Cámara alta.

Incluso un trabajador de la compañía que instaló dichos aparatos, Roberto Patiño, grabó un video para explicar cómo se hizo, para qué se hizo y a petición de quién se hizo.

El mismo trabajador, cuya empresa sigue dando mantenimiento de audio y video al Senado, dice desconocer por qué nunca se conectaron a una grabadora y al sistema general de audio del edificio.

La novela dio un giro a la comedia, no solo porque se descubrió el documento del inventario de los micrófonos supuestamente espías -hay varios más, dijo el empleado-, sino porque Monreal aceptó ya no llamar “montaje’’ al caso y Kuri no llamarlo “espionaje’’, hasta que la Fiscalía General de la República ofrezca el reporte oficial.

Dicho lo anterior habrá que consultar a las empresas constructoras GAMI, filial de Indi e Indra, quién o quiénes les ordenaron la colocación de los micrófonos y si lo hicieron de mutuo propio, ¿cómo para qué?

Nomás falta el pastelazo y fin del asunto.

 

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Dos fondos, uno por 158,000 millones de pesos y otro por 90,000 millones, además de un crédito del FMI por 61,000 millones de dólares, constituye la defensa de la economía nacional ante la crisis global.

Si es mucho o es poco, eso lo determinarán la duración de la crisis y las decisiones que tome el Gobierno mexicano para aplicar dichos recursos.

El crédito del FMI está ahí para lo que se ofrezca, bajo condiciones favorables de pago.

Los dos fondos fueron creados por los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN justo para enfrentar estas crisis, que ya les habían ocurrido.

A ver.

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Guanajuato se ha convertido en uno de los estados más peligros para transitar; en cualquier momento los grupos de la delincuencia organizada pueden cerrar una carretera secundaria o una autopista para presionar a la autoridad.

Ayer ocurrió que en siete vías de igual número de municipios del estado, se incendiaron camiones, se colocaron clavos para ponchar las llantas de todo tipo de vehículos y se incendiaron camiones de carga y pasaje.

La causa aparente de estos bloqueos, habría sido la detención de José Antonio Yépez, El Marro, líder del Cartel de Santa Rosa de Lima, pero el secretario general de Gobierno del estado, Luis Ernesto Torres, lo desmintió.

Se supone entonces que la demostración de fuerza del cartel habría sido una medida para presionar al Gobierno para que soltara al padre del Marro, Rodolfo Yepez, detenido el 5 de marzo pasado.

Y si de por sí ya es grave lo que ocurre en la entidad, lo más grave del asunto es que ninguna autoridad, ni estatal ni federal, ofrecen información en tiempo real para saber qué está pasando y para prevenir a la población.

La información ha sido en el estado la gran ausente.