Foto: Reuters El memorial se ha convertido en una especie de atracción turística y de cierta manera sirve a la cadena de tiendas para atraer más clientela  

Las víctimas de la masacre ocurrida el 3 de agosto de 2019 en el Walmart de Cielo Vista de esta ciudad fronteriza son recordadas con el memorial “Gran Candela”, instalado frente al establecimiento, donde 22 barras de luz, el número de muertos que dejó el asesino solitario, permanecen encendidas día y noche.

 

El memorial es visitado por los clientes de la tienda que distraen unos minutos de sus compras para acercarse, leer el mensaje impreso en la placa en inglés y español, tomar fotografías, incluidas las llamadas “selfies” y seguir sus rutinas diarias, pero por dentro, la tienda ya no luce igual, nada está con la misma distribución que tenía el día del ataque.

 

“Que este monumento dedicado a la gente de El Paso permanezca como tributo solemne de aquellas personas que perdieron sus vidas el 3 de agosto de 2019, que sea un faro de esperanza para los sobrevivientes y un recordatorio duradero de toda la fuerza, firmeza y amor perdurable que une a El Paso”, dice uno de los párrafos de la placa.

 

El memorial improvisado que habían hecho los habitantes y visitantes en la parte trasera de la tienda, a un lado de un restaurante, y que incluía los nombres de las víctimas, regalos, flores, veladoras, todo fue retirado, ahora el lugar está limpio y nadie permanece en el sitio que fue punto de reunión de los dolientes.

 

Ricardo, un empleado del supermercado donde ocurrieron los hechos a principios de agosto, explica ampliamente qué cambios ha sufrido el establecimiento después del tiroteo que además dejó 26 personas heridas por un hombre de apenas 21 años de edad.

 

“Se llevaron todo, ¿a dónde, quién sabe? Pero todo lo que ve es nuevo, los anaqueles, los pisos, sólo el techo y las instalaciones eléctricas son iguales. Lo hicieron porque no quieren que cuando entren los clientes recuerden lo que pasó”, dice al apuntar que la farmacia fue cambiada de lugar y otras áreas específicas movidas de sitio.

 

En tanto que toda la mercancía que estaba el día del tiroteo y que no resultó dañada, fue sacada de la tienda y llevada a un lugar desconocido, de acuredo con el empleado.

 

Y sí, las cosas han cambiado, porque lo primero que se encuentra la clientela al entrar al establecimiento es un guardia de seguridad de la empresa privada Brosnan que permanece todo el tiempo cerca de la entrada.

 

“Tenemos que seguir adelante, pagando “billes” (bills, recibos)”, justifica Ricardo al mencionar que el día del tiroteo él trabajaba en otra tienda de la misma cadena.

 

En total cuatro guardias vigilan el interior y exterior de la tienda, y se turnan para permanecer a lado del memorial bajo las temperaturas gélidas que se dejan sentir en estos días de diciembre.

 

Uno de ellos, sin dar su nombre, detalla que al término de la jornada, que inicia a las seis de la mañana y concluye a las 12 de la noche, llegan elementos del Sheriff y cuidan el establecimiento durante el tiempo que permanece cerrado al público.

 

A diferencia del resto de los Walmart de la ciudad, éste no permanece abierto las 24 horas del día. Añade que en las otras tiendas ubicadas en diferentes puntos también asignaron a dos guardias de seguridad.

 

“El día de la inauguración del memorial, el 30 de noviembre, esto era un caos, vino Gregg Abbot, el gobernador de Texas, el mayor de la ciudad y los altos directivos de Walmart”, recuerda.

 

El memorial se ha convertido en una especie de atracción turística y de cierta manera sirve a la cadena de tiendas para atraer más clientela.

 

Un caso es Carlos Jurado, quien vino desde Phoenix, Arizona, a unos juegos deportivos y aprovechó para conocer el Walmart y la Candela; él acudió acompañado por su familia.

 

“Les dije que me trajeran a conocerlo. Hay gente desquiciada, por eso deben hacer un estudio para verificar quiénes son aptos para comprar un arma”, dijo en referencia al asesino que armado de rifles de alto poder que acribilló a personas indefensas.

 

La tienda fue reabierta el 14 de noviembre pasado, dos meses y 11 días después de la tragedia, a partir de ese momento se reactivó la actividad que se ha visto incrementada por la temporada decembrina.

 

Durante el 24 de diciembre fue una de las tiendas más visitadas de la ciudad, dada su cercanía con Ciudad Juárez, Chihuahua, y que tiene el servicio de transporte público desde el puente Paso del Norte a este punto.

 

Los clientes de ambos lados de la frontera mexicoamericana llegan otra vez a hacer compras al lugar que en otro momento fue escenario de una masacre. Atrás quedó el llamado al boicot que María Valdez, esposa de una de las víctimas (Alexander Hoffmann, alemán radicado en Ciudad Juárez), hizo durante su sepelio.

 

RYHP