Con una inversión de 33 mil 800 millones de pesos y luego de más de 11 años de construcción, el Túnel Emisor Oriente (TEO) está listo para iniciar operaciones en beneficio de 21.5 millones de habitantes de ocho alcaldías de la Ciudad de México y los municipios mexiquenses de Ecatepec y Nezahualcóyotl.

 

La obra, considerada la más grande de drenaje profundo en el mundo, cuenta con 25 lumbreras (o pozos) de 30 a 150 metros de profundidad y un portal de salida que permitirá reducir inundaciones en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

 

Luis Manuel Rivera, residente general del Proyecto Túnel Emisor Oriente (TEO), destacó que los siete metros de diámetro de esa estructura son capaces de conducir 150 metros cúbicos de agua por segundo y podrían llenar 15 pipas de diez metros cúbicos en igual periodo.

 

El ingeniero comentó que solo esperan que se abra un espacio en la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador para que inaugure la obra, que entraría en funciones antes de que termine 2019.

 

Durante un recorrido por la lumbrera 19 del TEO, a 120 metros de profundidad, mencionó que de manera indistinta se podrá dar mantenimiento tanto a la nueva obra como al Túnel Emisor Central (TEC), “lo que ayudará a disminuir las posibilidades de inundaciones recurrentes que se tienen año con año”.

 

Explicó que ello será posible porque cuenta con una pendiente de 1.6 metros por kilómetro, desde la lumbrera hasta el portal de salida, por lo que su funcionamiento será básicamente por gravedad, para lo cual requerirá de obras complementarias.

 

En la construcción de 62.4 kilómetros de distancia del TEO, que ya superó los sismos de 2017, en los que no sufrió ni una fisura, se utilizaron un millón 200 mil metros cúbicos de concreto y 100 mil toneladas de acero de refuerzo.

 

El volumen de excavación de las lumbreras y del túnel, que inició su construcción en 2008, fue de aproximadamente cuatro millones de metros cúbicos que se extrajeron desde las profundidades del túnel hacia la superficie.

 

Ese material se transportó y depositó en bancos de almacenamiento en los estados de Morelos y México, anotó el funcionario federal, quien precisó que con la construcción del TEO “no se eliminan los encharcamientos y las inundaciones”.

 

Esto es, se tienen que construir otras obras que conecten con las 25 lumbreras, “conducciones que vayan hasta las lumbreras que transportan el agua”.

 

Tan solo de la lumbrera cero a la cinco ya se construyeron casi 16 conducciones o captaciones que llevan desde la zona poniente hasta las lumbreras el agua residual o pluvial.

 

Los trabajos estuvieron a cargo de la Coordinación General de Proyectos Especiales de Abastecimiento y Saneamiento de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en los que participaron cuatro mil trabajadores de forma mensual, que utilizaron la tecnología más avanzada del mundo.

 

La obra se divide en seis tramos, con longitudes de entre ocho mil 769 y 12 mil 664 metros, con un diámetro de siete metros.

 

Su recorrido inicia en el Río de los Remedios, límite entre la Ciudad de México y el Estado de México, y finaliza en el río El Salto, en Hidalgo.

 

Con recursos ciento por ciento federales, el TEO “entra en un fideicomiso denominado 19/28 y de ahí salen los recursos para esta obra”, explicó Patricia Ramírez Pineda, subdirectora de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento de la Conagua, quien detalló que se trata de aportaciones que pagan por derechos de agua tanto el Estado de México como la Ciudad de México.

 

Sobre el número de conducciones que requerirá el proyecto, consideró que será la Ciudad de México y la entidad mexiquense las que definan esa situación, porque el TEO es “la columna vertebral para que tanto el Sacmex como el Estado de México hagan las estructuras necesarias para las interconexiones”.

 

Mencionó que se trata de una obra de sustitución del Túnel Emisor Central, que ya perdió capacidad de conducción en casi 41 por ciento, con lo que podrá alternar con el TEO que ya está prácticamente terminado”.

 

La funcionaria federal expuso que si bien el Emisor Central es el ducto del que depende la seguridad del desalojo de las aguas residuales y pluviales de la ZMVM, es necesario cerrarlo durante los meses de estiaje para su reparación y mantenimiento.

 

De tal suerte que “aproximadamente estamos estimando que en un máximo dos meses ya pueda estar en operación el nuevo túnel”, puntualizó.

 

aarl