A unos días del ataque en contra de dos ciudadanos israelíes en el restaurante Hunan, ubicado en la Plaza Artz Pedregal, los comensales acuden al local sin temor, pues éste nunca cerró sus puertas luego del homicidio doble; sin embargo, es el personal el que se percibe con tensión, luego de que varios fueron testigos de los hechos.

De acuerdo con fuentes consultadas de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, los dueños del restaurante solicitaron que éste no fuera cerrado durante las investigaciones sobre el asesinato de Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay, ciudadanos israelíes con antecedentes penales en México y su país de origen, con el compromiso de aportar todas las pruebas y datos que les fueran requeridos.

24 HORAS acudió al establecimiento con el objetivo de constatar el ambiente en el mismo; de entrada, la puerta principal ya está custodiada por un guardia con uniforme gris con negro, con una pistola enfundada en la cintura.

En el interior, el personal, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 40 años de edad, se percibe tenso y vigilante para con los clientes, al grado de checar, discretamente, que éstos no tomen fotos del lugar.

Al ocupar como comensal el mismo espacio en el que fueron asesinados ambos israelíes (ubicado en la terraza del restaurante), se observa que a unos metros se encuentran las cocinas, por donde, de acuerdo a agentes de Investigación, presuntamente escapó la mujer rubia que habría puesto una trampa a las víctimas.

En cambio, de la mesa donde estaba sentada Esperanza N. la presunta sicaria que disparó, junto con otro cómplice, en contra de los israelíes, existe una distancia no mayor a cinco metros; a simple vista, no se ven huellas del homicidio, como orificios de bala en las paredes.

 

Antecedente

Cabe recordar que la PGJ va tras la pista de una mujer rubia identificada como Vanessa N., quien presuntamente se encontraba en el restaurante Hunan el 24 de julio pasado, acompañada de Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay.

De acuerdo a agentes de Investigación, se sabe que tiene aproximadamente 53 años de edad y fue quien reservó la mesa en el local para comer con los dos israelitas (quienes contaban con antecedentes criminales en Israel y México).

Cabe recordar que la presunta sicaria, Esperanza N. (quien presuntamente pertenecería al Cártel de Tláhuac) se encuentra sujeta a proceso y permanece en un penal de alta seguridad del estado de Morelos, mientras que continúa la búsqueda de dos de sus cómplices.

LEG