A 41 años de celebrarse en la Ciudad de México la marcha del orgullo LGBTTTI, el recorrido que inició el sábado pasado en Paseo de la Reforma y culminó en el Zócalo, acogió diversos asistentes y perspectivas.

La marcha llenó de orgullo a diestra y siniestra, llegando incluso a las alturas del hotel El Imperial, ubicado en Reforma número 64, donde ellos festejaban desde la terraza de su habitación.

Las integrantes de la familia Ortiz Álvarez comentaron que salir en conjunto es una manera de estar a favor del amor y el respeto, y exhortaron a aceptar la sexualidad y preferencias entre nichos familiares.

“Nosotros vemos la marcha como trabajo, desde nuestra condición de desempleados venir y ofrecer es un trabajo digno”, comentó para 24 HORAS, Antonio Peña, comerciante que vendió a lo largo de toda la marcha banderas, collares, cigarros y coronas.

La comunidad muxe participó con el carro alegórico Muxe Orgullo, quienes vistieron trajes típicos mexicanos, bordados y vibrantes colores.

Felipe y Alexis llegaron a la marcha desde las 11:30 y asisten ininterrumpidamente desde 2008. “Salir y marchar es una forma de manifestarnos para que nos reconozcan y sepan que existimos”, mencionaron.

Y aunque se buscó fomentar la tolerancia, las personas en contra del movimiento también se manifestaron.

Deborita, La Chancy y Kiim de León, procedentes de Monterrey, han asistido a la marcha del orgullo LGBTTT en su estado y en la Ciudad de México, ya que para ellas es una forma de celebrar la igualdad y respeto que se ha generado hacia la comunidad.

Ya que la actuación le demanda siempre estar en tacones, Iesh Albarrán decidió salir en patines a lo que él llama una fiesta. “Hoy celebramos que los derechos por los que luchábamos hace cinco años hoy son diferentes, cada vez hay más libertad”, comentó para 24 HORAS.

Defender la igualdad laboral, el respeto y la inclusión, fueron los motivos que llevaron a Ana Karen, Paul y Beti a la marcha, la cual disfrutaron y compartieron en redes sociales a través de fotos.

El personal de limpieza de la Ciudad de México se encontró a todo momento, detrás de la marcha para limpiar conforme avanzaba la caravana.

A unos pasos del Hemiciclo a Juárez, se encontró el stand del bar La Purísima, donde la drag queen Belinda bailaba al ritmo de pop. “Demostramos que hay esperanza y que lo más importante es el amor”, mencionó la bailarina, quien lleva seis meses haciendo drag.

 

PL