Al interior del Partido Acción Nacional (PAN) ya comenzaron a buscar al o a los responsables de las derrotas electorales en Puebla y Baja California, y la mayoría de los dedos apuntan hacia las oficinas de la colonia Del Valle, ahí donde despacha Marko Cortés.

Y es que, para muchos influyentes panistas, el michoacano ha estado más preocupado en mantenerse, a como dé lugar, como dirigente nacional blanquiazul, en lugar de diseñar estrategias que le hubieran permitido ser más competitivo en el proceso electoral del domingo pasado.

Lo que no le perdonan a Cortés es el haber perdido Baja California, estado que desde 1989 en que Ernesto Ruffo Appel ganó la gubernatura, estuvo bajo el mando de Gobiernos panistas; 30 años de hegemonía se fueron por la borda.

El fracaso en esta entidad tuvo dos componentes: la pésima administración de Francisco Vega de Lamadrid, sobre quien pesan señalamientos de corrupción, y la nula gestión de Marko Cortés, quien, como dimos a conocer en la entrega de la semana pasada, rechazó la posibilidad de un pacto para que el PRD declinara a favor de Óscar Vega Marín, y pudiera meterse a la contienda electoral de manera más competitiva.

A menos de un año de haber llegado a dirigir los destinos de Acción Nacional, Cortés ha demostrado que le quedó grande el cargo, pues su inexperiencia se hizo manifiesta a principios de 2019, cuando el Congreso de Puebla designó a un gobernador interino priista, tras la muerte, un mes antes, de Martha Erika Alonso. En esa ocasión, nos dicen, Marko no tuvo la capacidad política de negociar que el interino fuera un militante panista; y tanto Morena como el PRI le comieron el mandado.

A pesar de que desde el domingo ha cacareado el triunfo del PAN en Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, lo cierto es que esas victorias fueron producto de la operación de las dirigencias locales; y en el caso concreto de Tamaulipas, donde se obtuvo la mayoría en el Congreso, fue gracias a la excelente gestión que ha realizado el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Este nuevo fracaso provocó gran enojo entre los grupos que conforman al partido, y algunos prominentes panistas, sobre todo de El Yunque ya tienen en la mira a su dirigente nacional, a quien más temprano que tarde le van a cobrar la factura.

Nos dicen que, incluso en los pasillos de Acción Nacional, se comenta que, por fin, Marko Cortés dio un campanazo, pues con la pérdida de Puebla y Baja California, logró unificar a los panistas: ¡pero en su contra!

FALSO Y CAPRICHOSO

En noviembre del año pasado, Carlos Loret de Mola entrevistó a Felipe Calderón; en esa ocasión el ex Presidente dijo que el que Marko Cortés hubiera llegado a la dirigencia nacional del partido facilitó su decisión de renunciar a las filas del PAN.

Y abundó: “Es un hombre que conozco muy bien. Yo también soy michoacano, y sé que es un hombre que no es honesto; es falso y caprichoso”, pero también dijo que “como coordinador parlamentario fue responsable de volver a la opacidad, decenas de millones de pesos que recibió la bancada de Acción Nacional y que no ha transparentado”.

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@JuanMDeAnda