Luego de ocho días de altos niveles de partículas PM2.5 sobre el Valle de México (tres de ellos de contingencia ambiental), que llevaron a la suspensión de clases el jueves y viernes pasado, la Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que, finalizada la emergencia (este viernes), las clases se reanudan hoy en las escuelas públicas y privadas de Educación Básica y Media Superior; mismo anuncio que realizaron instituciones de Educación Superior como la UNAM, el IPN y la UAM, así como las guarderías del IMSS.

Ayer, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum resaltó que en conjunto con la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), este miércoles se anunciará el nuevo Programa de Contingencia Ambiental para el Valle de México.

Enfatizó que en este programa trabajarán en conjunto el Estado de México, el Gobierno de la ciudad y el Gobierno federal. El nuevo programa será el primero en incluir un protocolo para las contingencias por partículas PM2.5, el cual no existía.

Agregó que estarán pendientes de la calidad del aire, debido a que en los próximos días se esperan condiciones climatológicas desfavorables para la dispersión de contaminantes; por ello no se descarta que el nuevo programa endurezca el Hoy No Circula y las verificaciones vehiculares.

 

No se han ido

Las partículas finas de 10 micras (PM10) y 2.5 micras (PM2.5) se encuentran permanentemente dispersas en el aire de la zona metropolitana del Valle de México (habitada por 22 millones de personas en 16 alcaldías capitalinas y 109 municipios conurbados), pues son generadas por diversos factores, no sólo por incendios forestales, como fue el caso de la semana pasada.

Consultado por 24 HORAS sobre los efectos adversos de las partículas suspendidas, el neumólogo pediatra Francisco Medrano advirtió que los pulmones son los principales órganos que se dañan, ya sea por partículas PM10 o PM2.5; el segundo más dañado es el corazón, aunque todos los órganos pueden sufrir afectaciones.

El experto señaló que las partículas PM2.5 se desplazan con gran facilidad hacia los pulmones, provocando enfermedades cardiovasculares entre la población más vulnerable: mayores de 65 años, menores de edad, mujeres embarazadas y personas con enfermedades del corazón o pulmonares.
Además, este tipo de contaminantes pueden provocar un incremento en la producción de la hormona cortisol, que produce resistencia a la insulina, lo cual puede incidir en la aparición de diabetes y sobrepeso.

Cabe recordar que en altas concentraciones (como la ocurrida durante la semana pasada) las partículas finas pueden producir irritación en los ojos, en la nariz y en la garganta; tos, dificultad para respirar, opresión en el pecho y ataques de asma, al corazón y muerte prematura en personas con enfermedades cardíacas, así como padecimientos pulmonares como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Finalmente, de acuerdo con un artículo publicado por la doctora Ana Rosa Moreno en la Gaceta de la UNAM, las partículas PM2.5 son consideradas como carcinógenas (a largo plazo producen cáncer), dijo la especialista de la Facultad de Medicina.

“En nuestro país tenemos aproximadamente 21 mil muertes al año asociadas con la mala calidad del aire, pero subestimamos el problema porque para nosotros la contaminación es algo cotidiano, y cuando un problema se vuelve cotidiano, no se percibe”, señaló.

 

Xavier Rodríguez

 

LEG