Foto: Cuartoscuro El grupo más vulnerable en el proceso de la migración internacional son los niños, niñas y adolescentes acompañados o no por su madre, padre o tutor legal, dijo la investigadora, Gloria Ciria Valdez Gardea  

El grupo más vulnerable en el proceso de la migración internacional son los niños, niñas y adolescentes acompañados o no por su madre, padre o tutor legal, dijo la investigadora, Gloria Ciria Valdez Gardea.

 

La académica e investigadora del Colegio de Sonora y coordinadora del Seminario Niñez Migrante, señaló que los menores migrantes viajan acompañados por otros menores o por las personas que los van a cruzar la frontera en busca de reunirse con sus familias.

 

Los niños, niñas y adolescentes participan de forma diferente en la migración internacional, los que se quedan en sus lugares de origen, los que acompañan a la familia en el proceso y los que no son acompañados por sus familias, refirió.

 

Asimismo, abundó, los menores que nacen en Estados Unidos y no conocen a sus hermanos y aquellos que tienen que regresarse.

 

El Seminario Niñez Migrante del Colegio de Sonora nació en 2006 para investigar, divulgar y difundir en torno a la participación de niños, niñas y adolescentes en situación de migración, ya sea en tránsito y en retorno, como parte del conjunto familiar.

 

Se había invisibilizado la presencia de niños, niñas y adolescentes en la migración internacional aunque siempre han estado presentes, sin embargo no se habían tomado en cuenta por parte de los académicos y en políticas públicas, anotó.

 

“Han existido siempre como acompañantes, como hermanos, como hijos, pero había que darle un giro a verlos como actores con voz propia, donde sus experiencias narradas por ellos mismos incidieran en política pública y en procesos de investigación”, dijo.

 

Valdez Gardea habló de la migración de retorno y en el caso de Sonora hay menores que nacieron en Estados Unidos y toda su vida social, académica y cultural la hicieron en el vecino país y tienen que regresarse porque acompañan a los padres deportados.

 

En otros casos, que son la minoría, se trata de jóvenes que concluyeron la preparatoria sin documentos formales y fueron deportados; la mayoría de menores que regresaron a Sonora se debe a un proceso de deportación de alguno de sus padres.

 

“Esto es muy lamentable, muchas veces esos niños no hablan ni entienden español y no saben escribir en este idioma, por lo que enfrentan retos muy importantes en la socialización, especialmente en la educación”, abundó.

 

Detalló que de 2007 a la fecha se estima que al menos 30 mil niñas, niños y adolescentes han estado en esa situación en todo el estado, según datos de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC).

 

En el ciclo escolar 2017-2018, indicó, se registraron 14 mil 791 menores que llegaron a las instituciones de educación procedentes de Estados Unidos.

 

Los menores que llegan de primaria baja tienen un proceso de adaptación y socialización más rápida, mientras que los de primaria alta y secundaria tienen más dificultades porque han dejado sus redes sociales en el vecino país, expuso.

 

 

fahl