foto: cuartoscuro/archivo Dicha tradición tiene en común entre la mayoría de los países, quienes rinden tributo a sus seres queridos  

El primero de noviembre se celebra en Alemania la festividad de Todos los Santos, una tradición cristiana que quiere brindar la oportunidad de acordarse de aquellas personas y allegados que se consideran “santas”, en el sentido de muy queridas.

 

Es habitual que durante todo el día se produzcan visitas constantes en los cementerios alemanes para ofrecer flores frescas y ornamentos al lado de las tumbas de difuntos queridos y familiares.

 

El nombre vino de la conmemoración cristiana de los Santos, pero alcanzó un número tan elevado de estos que era imposible festejarlos durante todo el año.

 

Por este motivo, se decidió concentrar la celebración en recuerdo de Todos los Santos el primero de noviembre. En la Iglesia católica occidental, el primero que lo introdujo fue el Papa Gregorio III (731-741). En latín se llama Festum Omnium Sanctorum. La iglesia ortodoxa festeja este día desde el siglo IV después de Cristo.

 

La festividad de Todos los Santos es oficial, ni se trabaja ni se va al colegio, solo en cinco de los 16 estados federados de Alemania: Baden-Württemberg, Baviera, Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Sarre, todas situadas en el oeste y todas ellas con mayoría de confesión católica.

 

El 31 de octubre es el llamado Día de la Reforma y se recuerda el año 1517 cuando se dice que el teólogo Martín Lutero colocó sus 95 tesis sobre la penitencia y la indulgencia en la puerta de la iglesia del castillo en Wittenberg. Para los cristianos evangélicos esto marcó el inicio de la renovación de la iglesia.

 

 

 

La Catrina”, el icónico grabado del artista mexicano José Guadalupe Posada, y “la bruja” de Halloween, están presentes en las tradicionales festividades de finales de octubre y principios de noviembre en Canadá, pero no se mezclan, sólo se “coquetean”.

 

A pesar de estar tan “pegadas” una celebración de la otra, los símbolos de la noche de brujas se reservan para el 31 de octubre, mientras que las calaveras, el incienso y las flores de cempasúchil están presentes en las celebraciones “antes y después” de la noche de brujas.

 

Con coloridas figuras inflables de calabaza, gatos negros, brujas, así como esqueletos, tumbas, arañas y telarañas que cubren las fachadas de las casas, los niños esperaron con ansia a que obscurezca para salir con sus ansiados disfraces para llenarse de dulces y chocolates.

 

La celebración espiritual se comparte en familia, se intercambian recuerdos de los fallecidos, hay bailes, cantos y enormes cantidades de comida, tanto para los muertos como para los familiares.

 

 

“El Festival de los Fantasmas Hambrientos“, se guían por el calendario lunar. Consiste en dejar platos servidos sobre la mesa y les dejan barcos de papel para guiarlos nuevamente al mundo de los muertos.

 

 

En Bolivia es conocido como el Día de los Ñatitas, celebrado el 8 de noviembre. En este país tienen una forma muy particular pues aparentemente, conservan el cráneo de los familiares, a los que adornar y rinden ofrendas e incluso, los llevan al cementerio donde esta enterrado el resto del cuerpo para que reciban la bendición religiosa; para así seguir conectadas el alma y la calavera.

 

TFA