Foto: Entre los factores que han permitido la ‘aniquilación' de las abejas, los especialistas destacaron el cambio climático  

Si las abejas melíferas se extinguieran del mundo el 75% de los alimentos de origen vegetal –y también animal–, quedarían en riesgo (cifra que podría elevarse hasta el 85% en México), lo que representa un problema para el ser humano, debido a que disminuiría drásticamente la variedad de productos consumibles, según advirtieron especialistas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

 

Durante una conferencia de prensa en las instalaciones de dicha Facultad, Ricardo Anguiano, académico de la Facultad de Veterinaria, puntualizó que la drástica disminución en la cantidad de estos seres vivos se debe en gran medida a las acciones del ser humano que potencializan el deterioro ambiental y la falta de espacios adecuados para que sobrevivan.

 

Por su parte, Rafael Ojeda, también académico de la institución, explicó que, aunque el tema apenas se está reconociendo, es importante tomar medidas al respecto, que van desde consumir productos locales y revisar el origen de los alimentos que se compran, hasta modificar las regulaciones de índole nacional respecto al uso de agroquímicos.

 

“No se les había hecho caso porque este 75% de plantas (que se ven afectadas) apenas ocupa un 30% del volumen de producción (total); sin embargo, el 90% de las plantas dependen del proceso de polinización, que puede darse por aves, quirópteros (murciélagos), e insectos, como escarabajos y mariposas; y, por su puesto, por las abejas”, puntualizó.

 

Entre los factores que han permitido la ‘aniquilación’ de las abejas, los especialistas destacaron el cambio climático, el uso de productos agroquímicos en las plantaciones, las enfermedades, como las generadas por un parásito de nombre varroa, que afecta sus defensas y las hace propensas a contraer enfermedades.

 

“Se ha observado que un tipo de ácaro va mermando sus poblaciones y las hace menos; el cambio en los patrones climáticos, la pérdida de producciones florales y el empleo de agroquímicos (…) todas estas estas alteraciones hacen que las abejas no se ajusten al ecosistema”, indicó Ojeda.

 

aarl