Foto: Reuters El negocio de la hija favorita de Trump ha estado operando con limitaciones en los últimos meses para reducir posibles violaciones de las leyes de ética  

Ivanka Trump dejó su marca de ropa para trabajar para su padre en la Casa Blanca al inicio de su mandato. Tras 17 meses de aquella decisión, anunció el cierre definitivo de la compañía, que durante este tiempo no estuvo exenta de polémicas.

Incluso la empresaria dejó en duda si regresará en algún momento al negocio de la moda, “pero sí sé que mi enfoque para el futuro será el trabajo que estoy haciendo aquí en Washington”, aseguró en un comunicado la hija de Donald Trump, quien era cuestionada por sacar provecho de su papel en la Casa Blanca y mejorar el rendimiento de su empresa.

Con un aumento de sus ventas por internet en China, desde que tomó su cargo político, tiendas de distribución como Nordstrom y Neiman Marcus dejaron de repartir la marca en sus puntos de venta. A inicios de julio, la tienda canadiense Hudson’s Bay, que agrupa a las estadounidenses Saks Fifth Avenue y Lord & Taylor, eliminó poco a poco la ropa de Ivanka.

La firma de ropa, enfocada en las admiradoras de su estilo, estaba dirigida a mujeres de mediana edad que vestían ropa de oficina. La filosofía de la empresa se alzaba con su lema #WomenWhoWork, “mujeres que trabajan” en español.

Con iniciativas dirigidas a la mujer, Ivanka Trump protagonizó la apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén, donde asistió con su marido y también asesor de su padre, Jared Kuschner.

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