Foto: Reuters Las hostilidades de la dictadura se incrementado en los últimos días con los ataques a la UNAN y la ciudad de Masaya, bastión rebelde, lo que ha provocado la condena de la comunidad internacional  

Washington.- Luego de tres meses de represión contra los opositores del dictador Daniel Ortega, a quien le exigen que renuncie, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó ayer una resolución en la que pide al régimen de Nicaragua que acepte la propuesta que le hizo la Iglesia Católica de adelantar a marzo de 2019 las elecciones fijadas para 2021.

La iniciativa, impulsada por nueve países (México, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y EU) exhorta al Ejecutivo nicaragüense a que “apoye un calendario electoral acordado conjuntamente en el contexto del proceso de Diálogo Nacional”, según el texto.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo de este diálogo nacional, solicitó el 7 de junio a Ortega que adelantara los comicios al 31 de marzo de 2019; pero, el pasado 7 de julio, el mandatario rechazó esa solicitud, al considerar que ya habría “tiempo para las elecciones tal y como lo manda la ley”.

En niviembre de 2016, Ortega fue reelegido con 72% de los votos, para un periodo de 5 años, en unos comicios en los que participaron 68% de los votantes, 5.7% menos, respecto al proceso previo en 2011.

La resolución de la OEA fue aprobada ayer con el voto a favor de 21 de los 34 países que son miembros activos de la OEA, mientras que tres (Nicaragua, Venezuela y San Vicente y las Granadinas) votaron en contra y se registraron siete abstenciones, así como tres ausentes, entre ellos Bolivia.

Eran necesarios 18 votos para aprobar la resolución, instrumento que establece el criterio de legalidad del continente sobre la crisis en Nicaragua.

En el texto, la OEA reitera su “enérgica condena y su grave preocupación” por los actos de violencia perpetrados por policías y paramilitares en Nicaragua y exige el “desmantelamiento de los grupos parapoliciales”, que actúan con el consentimiento del Ejecutivo, según organismos humanitarios.

La OEA también expresó su condena al “hostigamiento” a los obispos que participan en el diálogo, así como a los “actos de violencia” contra la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), que se convirtió en centro de las protestas.

En la misma sesión la OEA rechazó una resolución propuesta por Nicaragua en la que se pedía a la comunidad internacional respeto a su “autodeterminación” y se culpaba a “grupos internacionales terroristas” de instigar la violencia que ha dejado más de 350 muertos en tres meses.

En tanto, Amnistía Internacional (AI) exigió a Ortega, “poner fin a la represión tras tres meses de insensata matanza desde el pasado 18 de abril.

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