Daniel Perales  

Martí Batres no es un novato de la política, tiene un pasado de lucha social que viene desde sus padres, una maestra de civismo y un profesor de geografía, quienes le enseñaron a ver los informes presidenciales y analizarlos, cuando aún era un niño.

 

Se dice un conocedor de la Ciudad de México y, a pesar de tener dos contrincantes en el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), está convencido de que será, dice, un buen jefe de Gobierno.

 

¿Cuál fue su primer acercamiento a la política?

Soy hijo de maestros que participaron en el movimiento magisterial de 1956-1958 y como estudiantes de la Normal Superior en el movimiento del 68. Mis padres tenían toda una participación y los hijos crecimos con esa influencia. Teníamos que estudiar mucho; hablaban de lo que pasaba en el país y en el mundo. Era obligación ver los informes presidenciales y luego hacer el análisis.

 

Ya en la adolescencia tenía mucha información. Ahora, comentaba a propósito de la muerte de Rius (el caricaturista Eduardo del Río García), que tenía 10 años cuando leí mi primer libro, La truculenta historia del capitalismo. Digamos que tuvimos un despertar de conciencia temprano.

 

Era una época más difícil o por lo menos distinta a la actual. Cuando empieza con Miguel de la Madrid el cambio de la vida política y social, había muchas protestas y hubo una en 1983. Participamos en esa protesta y la Policía me secuestró durante 24 horas, a los 16 años de edad. Dos años después participé en los movimientos que se dieron en 1985.

 

Después conocí a unos amigos de la colonia Doctores y estuve con ellos en la reconstrucción de la colonia.

 

¿Quién es ahora Martí Batres?

Profesor de la UNAM, soy abogado, con más de mil artículos periodísticos, gané el Premio Nacional de Periodismo (…).

 

¿Cómo fue el primer acercamiento con Andrés Manuel López Obrador?

Lo vi por primera vez cuando hizo campaña para la presidencia nacional del PRD en el año de 1996, lo recibí en Benito Juárez y le organizamos un evento, y cuando fui elegido presidente del PRD en la ALDF lo fui a visitar y a ponerme a sus órdenes. A partir de ahí lo consulté muchas veces, le llevaba información al finalizar el período de 1997-2000.

 

En el año de 1999, un compañero que hacía encuestas me llevó una y me dijo: “Mira, te tengo estos datos que me llamaron la atención: cuando a pregunta abierta preguntas quién te gustaría que fuera jefe de Gobierno, de manera espontánea sale Andrés Manuel arriba”. Fui a verlo, y aunque lo tomó con reservas, pedí la firma de todos los diputados locales para solicitar que fuera nuestro candidato a jefe de Gobierno para el año 2000, y así empezamos a empujar su candidatura.

 

Muchas veces a usted se le vincula a los errores del pasado, ¿se arrepiente de algo que haya hecho en su pasado perredista?

No. El PRD era una buena opción, era un movimiento de lucha que, por desgracia, ahora no tiene. Se fue burocratizando, se fue pegando demasiado al poder político, perdió independencia respecto al gobierno, se fue perdiendo de las luchas de la gente, de los anhelos, de la ciudadanía; fue perdiendo sensibilidad.

 

Cuando se va acercando al gobierno de Calderón es cuando se pierde más; digamos que cumplió con su función de ser una opción progresista hasta 2006 y vino el proceso de decaída. El PRD se pasó al lado oscuro.

 

¿Ebrard aún alcanzó a hacer un buen gobierno?

Hizo un buen gobierno Marcelo, y si juzgamos globalmente, su gestión tuvo muchas cosas buenas; en el período que fue jefe de Gobierno todavía había un contraste entre el Gobierno federal y el local.

 

¿En qué momento se perdieron los avances en la CDMX?

En la actual administración, porque ya no se generaron nuevos derechos (…). Hemos tenido algunos retrocesos; no digo que Mancera no haya hecho sus esfuerzos y cosas pero para el ritmo que se tenía era mucho más lo que se esperaba.

 

Por ejemplo, ahora en cuestiones de libertades, es difícil que la gente pueda ejercer su derecho a reunión en espacios públicos. Hay un repunte en los índices delictivos que se tenían ya contenidos a finales de los sexenios de Andrés Manuel y Ebrard.

 

Hay una política fiscal muy excesiva: las fotomultas, el predialazo y el doble Hoy No Circula son golpes a la gente; ya no se siente el ambiente de progreso.

 

¿Por qué considera que es el mejor candidato de Morena para gobernar la Ciudad de México?

Soy el que conoce la Ciudad de México; la conozco desde abajo y la conozco desde arriba. La conozco porque la he recorrido, recorrido y recorrido. Lo hice en mi propia campaña, en el 97, como diputado y presidente de la ALDF y en el año 2000 fui con Andrés Manuel.

 

¿Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum no tienen el mismo conocimiento?

Yo conozco la Ciudad de México, no voy a juzgar a nadie más, pero conozco la ciudad palmo a palmo. Tengo mucho contacto con la gente, soy accesible; si me invitan a algún lugar, voy con los compañeros a dar una plática o (a atender) una demanda ciudadana.

 

¿Qué le diría a quienes aún recuerdan lo que ocurrió con la leche Bety?

Son falsedades.

 

¿Ya quedó en el olvido?

Simplemente son falsedades; nunca me he dedicado a la industria ni al comercio.

 

¿Cuál es su opinión de que vinculen a Morena con el Gobierno de Venezuela?

No copiamos ningún modelo; no vamos a copiar el modelo de Maduro ni al gobierno de (Donald) Trump, ni al gobierno de (Mariano) Rajoy ni a ningún gobierno del mundo, ya que tenemos nuestra propia historia. Lo que nos interesa es México: tiene sus propios problemas, y no son pocos; pero lo que debemos hacer los mexicanos es resolver nuestros problemas de acuerdo a nuestra propia historia y visión.

 

¿Morena tiene posibilidades para gobernar la CDMX?

Morena tiene todas las posibilidades para gobernar el país y la Ciudad de México. Voy a ser un buen jefe de Gobierno, soy un hombre trabajador, un hombre de la ciudad.

 

caem