Álvaro Augusto Pérez Juárez fue electo hoy como presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, para el periodo de abril próximo a noviembre de 2018 y tomará posesión del cargo el 17 de abril entrante.

 

Pese a que sólo quedó un candidato a la presidencia del órgano judicial, luego de que Lázaro Tenorio Godínez retiró su postulación el pasado viernes, los 78 magistrados presentes pasaron, uno a uno, a emitir su voto en una urna transparente.

 

De los magistrados que asistieron a la sesión pública de este jueves, 59 votaron a favor de Pérez Juárez, mientras que 20 boletas fueron anuladas, 19 por estar en blanco y una por tener doble marca.

 

Previo a la elección, el aún presidente del Tribunal Superior de Justicia local, Edgar Elías Azar, emitió un discurso de despedida en lo que fue su última sesión de pleno, antes de irse de embajador a los Países Bajos, en caso de ser ratificado por el Senado de la República.

 

Elías Azar dijo que desgraciadamente “no me puedo ir con el consabido ‘misión cumplida’, ya que falta mucho camino por recorrer, lo que ocurre cuando se persigue la justicia, así haya pasado mucha agua bajo el puente durante las últimas décadas”.

 

Dijo que su compromiso personal y proyectos fueron y están siendo cumplidos en sus propósitos y metas asequibles. “Cumplí con los programas y transitamos de un tribunal de corte tradicional a un poder judicial moderno, pero sobre todo preparado para el futuro”.

 

Además, resaltó, con una justicia oral que ahora ya es toda una realidad en todas las materias: “tenemos oralidad en la parte penal pero también en la civil, mercantil y en la de justicia para adolescentes, pero sobre todo tenemos oralidad en la justicia familiar que tanto la demanda”.

 

Elías Azar resaltó que hoy la Ciudad de México cuenta con una función jurisdiccional más fuerte, ensanchada en sus horizontes de trabajo, engrandecida en su infraestructura y presente en cada momento de la vida social del país.

 

Se dijo convencido de que el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad es ahora mejor que antes, luego de nueve años de estar al frente del órgano judicial y de 35 años de laborar en él, en los que entregó todo lo que tiene sin regateos.

 

Dijo irse con la satisfacción de ver muchos proyectos y metas cumplidas, pero con la frustración de no haber logrado la independencia judicial. “El camino no fue fácil, nunca lo ha sido y nunca lo será”, concluyó.