En lo que pareciera ser parte del guion de un thriller oriental, Kim Jong Nam, hermano de Kim Jong Un, fue asesinado en un aeropuerto de Malasia por dos mujeres que le lanzaron agujas envenenadas y luego huyeron en taxi. El hermano del máximo líder de Corea del Norte vivía en el exilio y lo había cuestionado tanto por llegar al poder quebrantando la línea sucesoria como por el programa nuclear que amenaza la región.

 

 

Lo poco que se sabe del malogrado Nam es que tenía 45 años, que fue el hijo mayor del fallecido líder de Corea del Norte Kim Jong Il y vivía en el extranjero desde 2001. Su exilio fue decidido luego de que fuera detenido en Japón cuando intentaba ingresar a ese país con un pasaporte falso para visitar un parque de Disneylandia.

 
Durante su juventud había recibido formación sobre política tecnológica en el extranjero, como etapa preparatoria a la sucesión en el poder  que ostentaba su padre, quien falleció en 2011 por causas que nunca fueron establecidas. Sin embargo, el sucesor fue Kim Jong Un, que desde entonces inició una escalada militar con desarrollo nuclear que tienen bajo amenaza constante a su potencia vecina, Corea del Norte, y a Estados Unidos.

 
Su muerte aún no fue confirmada por su hermano aunque sí por el gobierno de Malasia, donde ocurrió el asesinato. Según expertos y analistas de ese país y de surcorea citados por la agencia de noticias Yonhap, el asesinato habría sido cometido por el Buró General de Reconocimiento de Corea del Norte, la agencia de espías de ese país. Pero la investigación recién comienza y, es más, no se sabe aún qué gobierno la hará.

 
La muerte de Nam se produce en momentos que el líder norcoreano Kim Jong Un trata de consolidar su poder a través del uso de misiles de alcance internacional. De hecho, el sábado pasado Pyonyang encendió las alertas cuando realizó un disparo de prueba de un nuevo misil balístico de rango intermedio, en lo que fue su primera provocación desde la investidura de Donald Trump.

 
En caso de confirmarse que Pyonyang ordenó el asesinato de quien hubiera sido el premier norcoreano de no mediar un exilio forzado, sería la ejecución de más alto nivel bajo el régimen de Kim Jong Un, desde que en diciembre de 2013 fue ejecutado “por traición” Jang Song Thaek, tío del líder norcoreano.