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Los servicios funerales de Carrie Fisher y su madre Debbie Reynolds se celebraron ayer de manera privada, en un cementerio de Los Ángeles, según reportaron medios locales. De acuerdo a fuentes cercanas que pidieron el anonimato, los restos de Fisher, actriz que protagonizó a la Princesa Leia en Star Wars, fueron cremados y colocados al lado de los de su madre.

 

Fisher, de 60 años, falleció días después de sufrir un infarto mientras viajaba de Londres a Los Ángeles, y un día después, el 28 de diciembre, de dolor y tristeza su madre, de 84, murió por un derrame cerebral.

 

Diversos sitios web han confirmado que parte de las cenizas de Fisher fueron enterradas junto al ataúd de Reynolds en el cementerio de Forest Lawn en Los Ángeles.

 

La ceremonia, que fue completamente privada y familiar, contó con la asistencia de estrellas como Meryl Streep, Tom Hanks y el ex marido de Fisher, Paul Simon, como invitados.

 

El hermano de Carrie, Todd Fisher, reveló a un canal de TV que su madre le había estado ayudando con los arreglos del funeral de Carrie.

 

“Desde la perspectiva de la familia, éste es el destino de Debbie. No quería dejar a Carrie y no quería que estuviera sola”, dijo. “Ella no murió de un corazón roto. Sólo se fue para estar con Carrie”, aseguró. Explicó que la muerte de su madre se dio de forma muy pacífica. “Ella me dijo que realmente quería estar con Carrie. En esas palabras precisas, y a los 15 minutos de esa conversación, se desvaneció. Dentro de 30 minutos, técnicamente se había ido”, compartió.

 

“Mi madre, si alguien, tenía una manera de hacer eso, y yo lo vi pasar frente a mi cara. Estaba en su cama con ella, y la vi irse con Carrie”, añadió.